jueves, 18 de diciembre de 2008

CUESTA TENER IMAGINACIÓN


Aunque esté al alcance, surge cuando menos te las esperas. Buscarla forzosamente es tarea imposible porque es caprichosa, volátil, escurridiza. Tener imaginación no viene mal para salir del paso en días como éste, con la niebla que nos espesa las ideas cuando la mañana está cerrada. Como el pintor de la imagen, nada mejor que darle al magín para salir del paso. Queda menos.

martes, 16 de diciembre de 2008

ESTUDIOS DE TRABAJO FIJO



Acabo de escuchar una cuña publicitaria en la radio mientras conducía, de tal calado, que me extraña aún que no haya tenido un accidente por la impresión causada, o todavía no haya llegado el final del mundo cruel que nos ha tocado vivir. Resulta que Ceac, la academia de estudios a distancia, ha creado una campaña para captar nuevas matriculaciones. Reproduzco aquí casi íntegro el contenido del anuncio, fruto sin duda de un creativo estelar al tanto, por supuesto, de la realidad cotidiana.

-Hijo, que esta tarde hay partido, necesito que me eches una mano en el bar.

-¡No puedo, papá! Tengo una entrevista de trabajo. Me acabo de sacar el título de la ESO en Ceac.

¡Vaya! Pues entonces ya debo contratar a alguien para sustituirte.

En fin.


lunes, 15 de diciembre de 2008

PENSAR ES GRATIS


Escuché en cierta ocasión a alguien que comentaba un letrero escrito en una pared cuando viajó por vez primera a La Paz. Resulta que el lema rezaba “Esta ciudad tiene más Radio-Taxis que sentimientos”. Y ¿saben? puede que fuera verdad. Que la persona que dejó su sello en ese muro olvidado de la capital americana sintiera fuego helado por dentro y dejara esa constancia públicamente. Pienso entonces en las pocas ocasiones en las que podemos encontrarnos con mensajes tan al descubierto, si no son una ofensa, un falso testimonio o cosas por el estilo. En este sentido, creo que fue en Sevilla donde un compañero bloguero encontró su siempre maravillosa “Lucha Almada” que también quise compartir con ustedes hace unos meses. Recuerdo el caso ahora, puesto que de vuelta a casa, he visto algo parecido en la pared de un recinto de Renfe situado justo al lado de la estación de El Arenal. Y por lo inusual de la historia, que en Dos Hermanas un lema fugitivo se comparta con los demás así, a plena luz del día, bien merece la pena comentarlo, difundirlo. “Nunca pagué por aprender a pensar” proclama el simbólico mensaje lindando junto a la línea férrea. Y yo, tan sorprendido por el enigma que presume, me propongo descubrirlo cual sortilegio maldito. La frase resuena, no cabe duda. Resuelve en siete palabras, siete, una costosa cuestión filosófica que es el libre albedrío. Cierto autor sudamericano, tras recibir un galardón por su obra, pronunció un célebre discurso en el que resumía “No soy un aculturado”, es decir, mi cultura no es la que me han impuesto otros a la fuerza. Ay, aquella colonización… ¿Será algo así lo que intenta reflexionar nuestra pintada? Supongo que siendo libres, nuestros pensamientos no tendrán jamás fin. Quizá, bien pensado, el lema propone otra cosa, y es que nadie nos alentará a pensar; debemos ser nosotros mismos. Cierta alumna alcalareña, muy salada ella, me decía hace unos años en la clase de Medios de Comunicación: “Mira Rafa, no me hagas pensar tan temprano…” No esperen ustedes, por tanto, gratificación alguna como colofón merecido del sano efecto que es ejercitar la mente. Es gratis, ¡pero en ocasiones cuesta tanto!

viernes, 12 de diciembre de 2008

NAVIDAD DE ESTRELLAS ROJAS


Tengo un gran amigo, rayano en la condición de hermano, que se declara agnóstico, ateo, o yo que sé. Sin embargo, ello no es óbice para que pertenezca sin pudor a varias hermandades del pueblo, o asista a cualquier celebración religiosa si alguna razón de orden así lo requiere. No participa de los ritos, como él insiste, pero es uno más en la parroquia y el respeto va ya por delante. Familiares de una conocida mía, que no profesan la religión cristiana, apostólica y romana, bien que acuden a los bautizos, bodas o comuniones de su otra parte católica. No entran esta vez en la iglesia, pero al menos reconocen el valor que su gente le da a estos actos piadosos. Por eso no faltan, y claro está, su participación aun sólo a medias es una muestra más de consideración hacia otras creencias. En estas fechas de Navidad, anunciadas por Mercadona a bombo y platillo desde el 1 de noviembre (no exagero, comprueben las bolsas de la compra), la oferta que se ofrece al género humano es este mal llamado primer mundo es diversa. Luces por la calles, ambiente de fiesta, días de rojo en el calendario y persuasión desde todos los frentes para hacer caja. No en vano es una feria de todos, a pesar de las creencias o confesión de cada uno. Aprovechando la coyuntura por fin, el Ayuntamiento de Sevilla acaba de hacer público el cartel y programación navideña para los Distritos. Iniciativa fundamentada en los pilares de una festividad puramente religiosa, empero. La obra pictórica, encargada por el área que ahora dirige José Manuel García (IU) representa en el centro una gran estrella roja, no como la que orientó a Sus Majestades, sino una muy particular que recuerda sospechosamente a la marxista- comunista. Dada la procedencia del encargo, ustedes verán. Lo curioso es la propuesta que desde la delegación del Casco Histórico se ofrece a los vecinos sevillanos: un campeonato de paint ball, una muestra de adiestramiento de perros y una conferencia sobre campos magnéticos. Deja el Consitorio hispalense para mejor ocasión citas tan rancias como encuentro de coros de campanilleros, exposición de belenes al aire libre o simples trenecitos para que la gente disfrute del ambiente navideño llegado el momento. Bah, la Navidad. Tiempo de ocio. No en vano, hilando fino, fue el propio Torrijos, portavoz de IU, quien el pasado año manifestó a boca llena que para él esta fiesta era la del Solsticio de Invierno. Y entonces, ese recuerdo y la actuación municipal para diciembre de 2008 da verdaderamente asco. Y no soy yo (ustedes ya me conocen) amante de este tinglado navideño y de todo lo que ello conlleva. Que va. Pero me acuerdo de mi amigo republicano rojete, de la familia de esa persona tan conocida que tengo… No aprecio en este Ayuntamiento de los sevillanos el más mínimo sentimiento de respeto hacia las creencias de los demás. Jamás veréis a mi colega gritando –mano izquierda levantada– ninguna proclama izquierdosa en mitad de un funeral o boda. No está la familia protestante a la que aludo promoviendo un boicot ni repartiendo pasquines con sus ideas a retortero cuando los demás salen de alguna celebración. Pero claro, gobernar es gobernar para uno solo. Y te cagas, si hace falta, en ese concepto inamovible que es la Navidad. Hacer caso omiso, al menos en alguna actividad propuesta, de esa sensibilidad que parte de la gente demanda a favor del sentido que tiene la fecha navideña, es cuanto menos miserable. Innecesario sería aludir aquí al estado laico u otras gaitas. No se trata de eso. Sólo en tener la más mínima decencia para promover lo que es adecuado en cada caso; dar posibilidades a todos y no a unos pocos; no hacer de las creencias de los demás, por mucho que no sean compartidas, algo de lo que mofarse, obviar, dejar en vacío.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

A ESTA ALTURAS...


He abandonado este espacio por espacio de diez días, vicisitudes más o menos justificables que así lo han dispuesto, y resulta que han pasado de lado tantas cosas que ahora sería casi imposible de recuperar. Como a veces duele el recuerdo de los reciente y más vale desprenderse de lo cotidiano para tomar aire y proseguir la carrera, de esta guisa me presento hoy ante este sufrido lector, a sabiendas de que poco destacable tengo que decir, todavía. Que el sistema económico mundial trata por todos los medios de salir a flote, que los asesinos de ETA van cayendo al fin como pajaritos… últimas reminiscencias de conflictos políticos; una monja altruista en el Congreso, una Constitución que bien podría ponerse a la moda para regocijo de nacionalistas, que ya se frotan las manos. Pero como la vida continúa, aun nuestras vidas son los ríos, toca sufrir, pero apretando el paso. En eso estamos, con el permiso de ustedes.

lunes, 1 de diciembre de 2008


Acabo de leer a Antonio Burgos, algo que no hago todos los días, ni siquiera una vez a la semana. No es de mi estilo, en fin. Pero por casualidades de la vida, y un buen titular de esos impactantes, me he enganchado a la lectura. “Feria del Toro, PER de señoritos”. Amante o no de la fiesta, el sufrido lector de estas líneas bien podría echar un vistazo en www.abc.es para leer la columna del ínclito. Resulta que este año en Sevilla no se celebra la llamada Fiesta del Toro debido a que la administración pública no subvenciona a los empresarios. Un total de 400.000 euros. Y verán ustedes. Burgos es defensor del toreo y de los buenos toreros (tengan miedo, mucho miedo o ninguno), pero lleva ahora más razón que un santo. Que los ricos empresarios de este supuesto arte no apechuguen y desembolsen la cantidad necesaria para su posterior provecho es cuanto menos que miserable. Ricos podridos los cuatro o cinco grandes ganaderos o “Empresas” (léase Maestranza, Las Ventas… jamás entenderé por qué le llaman así) no se conforman ya con los pingües beneficios que sacan anualmente. Encima, que el Ayuntamiento o la diputación subvencione su enriquecimiento. Y el Ayuntamiento, diputación, conserjería o la madre que los parió somos todos, oiga. Y que esta vez, y sólo por esta vez, no se pague con el dinero de todos lo que será dinerito sólo para unos pocos, pues muy bien. Que se promocionen ellos, si es que quieren. Es paradójico esto del mundo del toro. Pero no es nuevo que las arcas públicas paguen a toca teja. ¿Cuántas corridas se organizan en los pueblos y es el Consistorio quien paga la instalación de la plaza, los servicios sanitarios, una parte de los emolumentos de los toreros…? ¿Saben ustedes quién se lleva la taquilla? Una cosa es colaborar con iniciativas de todo tipo. Otra cosa es sacarle los cuartos a los demás sólo y exclusivamente para llenar la buchaca. Pues que no haya Fiesta del Toro. Que está la vida mu mala. Que le pregunten a tantos parados en España (busquen ustedes concretamente en Dos Hermanas) o a los 1.100 hipotecados que en Sevilla ya han perdido el piso por impago, si a cambio de no ofrecerle el gobierno alguna solución, los invita a que se den una vueltecita por el Palacio de Congresos.

jueves, 27 de noviembre de 2008

TOCA ÑOÑERÍA: LAS ESTAMPITAS DE FÚTBOL


Sin tener ciertamente una explicación precisa, el hecho es que anoche vine a recordar uno de esos episodios infantiles que recordamos toda la vida. Volví la vista atrás, desenfoqué un minuto la mirada y me reencontré (nos reencontramos) en pleno verano, yendo al puesto de Paco con dos duros en la mano para estampitas. Siempre en época veraniega, venían estos álbumes para sortear los últimos días antes del colegio. Recuerdo que todos en la calle teníamos el nuestro de la Liga. Aún conservo el primero que tuve. El de la competición del 78-79. Mi padre prácticamente se ocupó de rellenarlo, porque yo no tenía siquiera cuatro años. Sí que, en los años sucesivos, lo bonito del caso era comprar los paquetitos y comenzar una colección que raras veces se acababa. Cuando comenzabas a comprar, lo primero que quería es tener “repes”, porque era cuando se iniciaba de verdad lo atractivo de la historia. De esta manera ibas cambiando unas por otras, alternabas con viejos amigos o te atrevías con auténticos desconocidos que llegaban con el mazo en la mano a tu calle, atraídos al lugar como si de una feria se tratase o se hubieran enterado de la novedad en el “parte” de las tres. La verdad es que había que hacerlo todo muy rápido. Solía haber un grupo de estampitas muy comunes, así que cualquier coleccionista iniciado ya las tendría, por lo que sería imposible colocarlas. Una sola vez me deshice de un buen montón, pues aunque raramente, los “Últimos fichajes” había quien los cambiaba “al peso”, es decir, trocándolos por 50 ó 60 de las normales. A media tarde, con tu botecito de Imedio, el olor a nuevo y la emoción por ir colocando las estampitas en su lugar adecuado suponían el mejor entretenimiento para esos niños de los años 80 que no llegaban a los diez años. Pocos fueron los que alardeaban semanas después del lanzamiento, álbum en mano, gritaban en medio de la calle que sí lo tenían por fin relleno. Normalmente eran los Tinocos, simpatiquísima familia que componían ocho hermanos. Los mayores, con hábiles redes sociales en el instituto, se las ingeniaban para llegar hasta las fotografías de jugadores más recónditas. Una vez, y basta, logré terminar mi colección. No fue, empero, objeto de aplauso de la patulea. Un año, la editorial propuso enviar no se cuántas pesetas en sellos (enviados a su dirección por correo) a cambio de las estampitas que faltaban. En fin. Me viene a la mente todo esto y sigo experimentando esa sensación irrepetible de cuando salía ese jugador que nunca salía (Arandáburu, del Atlético de Madrid), o la auténtica ansiedad por querer ir al Puesto de Paco y no conseguir de tus padres, abuelas, tías, ni un duro. No más dolor que aquellas dos estampitas que llevaba en la mano cuando me caí y se me rompió el brazo… De mi padre ayudándome a grapar los álbumes, que de tanto ojearlos se despegaban. Tantas cosas…

miércoles, 26 de noviembre de 2008

A LA ÚLTIMA MODA


Yo sé que las explicaciones que les dé a ustedes les resultarán peregrinas, pero considero que como novedad debo compartirlas públicamente so pena de callar lo que es noticioso, máxime reconsiderando que el mundo actual está abierto a sugerentes y nuevas expectativas, ya que, en fin, necesidades hay muchas y los fashion victims incluso me lo agradecerán. Resulta que hay una tienda japonesa que ha lanzado al mercado una interesante línea de ropa interior masculina (sujetadores, más concretamente) que está generando un aluvión de peticiones vía internet. La directora ejecutiva de la marca, Akiko Okunomiya, ha manifestado sentirse muy sorprendida por la cantidad de hombres que buscan a su mujer interior: “Desde que lanzamos el sostén masculino, hemos estado recibiendo opiniones de los clientes diciendo ¡Guau, he esperado esto durante mucho tiempo…” En una sola noche, esta pieza de lencería despertó en Mixi, la mayor red social de Japón, un acalorado debate en la red con más de 8.000 personas discutiendo los puntos a favor de que los hombres lleven sujetadores. Entiendo, por supuesto, que su uso y abuso estará supeditado a la complexión física de cada uno o sus preferencias en el atuendo diario. En cualquier caso, y después de comprobar que la página web realmente existe, existe, personalmente he declinado la posibilidad. Comprueben ustedes y decidan “a la su guisa”.
http://www.rakuten.ne.jp/gold/wishroom/mens/

lunes, 24 de noviembre de 2008

UN AÑO DE ENTRADAS


Ahora hace un año que aquí un servidor se atrevió a pronunciar un Sí, quiero que me ha tenido verdaderamente más atado a una responsabilidad periódica que a cualquiera de las decisiones que antes (o de un tiempo a estar parte, ustedes ya me entienden) he tomado. Pero en éstas, la obligación autoimpuesta de experimentar en voz alta cualquiera de mis pensamientos se ha ido convirtiendo en una animosa tarea con la que compartir. En efecto, si este blog personal (tan poquita cosa, tan escuchimizado y anoréxico, compuesto por cuatro o cinco historias que repito insistentemente) no cogiera aire suficiente para subsistir a través del seguimiento que a diario recibe… Debo, por tanto, dar las gracias al sufrido visitante de este sitio, al cual honran ustedes tanto cada vez que leen, o comentan, las entradas que han ido cayendo conforme se ha cumplido los meses, los días. Hace poco caí en la cuenta que he sobrepasado cien artículos. Siendo sincero, jamás pensé que este viaje pudiera llegar tan lejos. A lo largo de este tiempo, sin ánimo de hacer escrutinio de lo que ha quedado aquí marcado, me pregunto si alcancé el objetivo que me planteaba aquel lunes de noviembre mientras me animaba(n) a crear un blog en la redacción de un periódico local. Así surgió todo, y también este ideario de bienvenida, (aquel día de incertidumbres) cuya certeza creo que deberían juzgar ustedes:

“Comienzo este blog en el espacio tan difuso que es internet, sabiendo, quizá, que la verdadera causa de esta página es pensar un poco, de vez en cuando, siquiera en voz alta. Como un diario personal -nunca me gustaron de pequeño y no tengo claro si valen la pena ahora- en el que quepan todas las dudas que en persona no dejo, seguramente, claras.
Una de mis pocas certezas es la fidelidad al título que da pie al blog. Como Hoy es siempre todavía, confío firmemente que estamos a tiempo de todo. Que el tiempo nos envuelve y nos atrapa, pero nos da la oportunidad de luchar contra él, aunque sea metafóricamente. Ahora es el momento de actuar, de comprometernos con el presente. No lo dejes para mañana. Todavía…”

jueves, 20 de noviembre de 2008

URGENCIAS DE LA GUARDIA CIVIL


Juro que todo lo que aquí voy a relatar es completamente cierto. Sí que ha ocurrido esta misma mañana, que era muy temprano y que, como de costumbre, iba medio dormido al trabajo. A mi favor diré que no estaba en las circunstancias del protagonista del famoso Coloquio de los perros que escribió Cervantes, el nota ese que aseguraba haber visto conversar amistosamente a dos cachorros mientras pasaba unas fiebres muy altas en un hospital de mala muerte. Mi caso ha sido más mundano, pero más real. Resulta que estaba llegando en coche sobre las 8.30 de la mañana a una ciudad vecina, de cuyo nombre ahora no quiero acordarme. Como iba solo y me da la gana, circulaba ocupando la mitad de la calzada, porque, pese a que caben dos vehículos a lo ancho, ni hay rayitas pintadas, y si las hay en fin, nadie les echa cuenta ya. En esto, me veo un coche de la Guardia Civil a todo trapo detrás de mí. Me acojono, lógicamente, y me voy hacia un ladito, ya en la avenida principal. Por suerte, el picoleto sigue hacia delante a una velocidad endiablada. Pensé que algo grave habría sucedido, por los dignos evidentes que presentaba su presunta persecución o urgencia para llegar al lugar de los hechos. De repente, y siempre en la misma avenida, se para en seco, aún con las luces y la sirena encendidas. Se para junto al Cuartel, baja la ventanilla. Se le acerca un colega vestido de uniforme, y ha recibido (reitero que no ando bebido a estas horas) una bolsa de pan. De pan, pan. Para el desayuno, ya ven. Ha sido un segundo, pero ahí estaba yo para verlo. El guripa ha continuado la marcha como si nada.

martes, 18 de noviembre de 2008

BAEZA, HOY


El aula de Antonio Machado seguía intacta. Los pupitres antiguos aún eran recordados por parte de los integrantes de nuestro grupo. Un viejo mapa de 1897 en una pared, una estantería de libros viejos. El expositor central contenía algunos rastros escritos del poeta sevillano en el instituto de Baeza, adonde huyó llevándose preocupaciones y dolor desde Soria. El estrado respiraba aún aire de santidad. Está acordonada la zona del entarimado, espacio venerable de pizarra-pizarra, mesa grande de madera sencilla, perchero de pie con su supuesto último paraguas olvidado. Aquel hombre de 37 años, el tercero por la derecha de la fotografía que cuelga en una esquina, ése de los zapatos comidos de albero, un desaliñado con dignidad papal en sus ojos, escribió Soledades, Campos… y antiguos Proverbios que se siguen recordando.. todavía.

viernes, 14 de noviembre de 2008

LAS COSAS QUE SE VAN


¿Han pasado recientemente por la avenida de los Pirralos? Es parte de mi itinerario de camino al trabajo. Me gusta. A pesar de que sea muy temprano, siempre está llena de gente. Es variopinta: reúne en varios centenares de metros un colegio, una iglesia, varios bloques de pisos de nueva y vieja construcción, casas de una sola planta… hasta un supermercado muy chic en el que casi nadie entra pero da igual. El caso es que la susodicha es ejemplo de pluralidad, de ancianos y niños que madrugan, los primeros sin saber muy bien por qué y los segundos porque las madres van delante con su maleta, espera la escuela. En estas jornadas de cambio y sofocos, he apreciado que el multicolor contraste que añaden a tan conocida avenida los populares comercios que la salpican se está apagando de manera alarmante. Carnicerías, perfumerías, zapaterías, gestorías, fruterías (y varios -ías más que no cito aquí por redundancia) que han estado en este emplazamiento tantos años ahora agonizan. Lo apreciarán ustedes si pasean a cualquier hora del día. Los carteles rojos fosforitos del Se Alquila están copándolo todo. Y es entonces cuando a uno se le ocurre que la supuesta crisis es más seria de lo que parece. Que el pequeño comercio se muere. Esos grupos de presión, los de las asociaciones de comerciantes, tienen la palabra, entre otros. Desde hace varios años sólo sabemos de ellos porque nos felicitan la Navidad en el mes de ¡noviembre! a la entrada del pueblo. A lo largo del año, se hacen notar con sus firmas (fotografías gentilmente cedidas a los periódicos) con grandes empresas que les ofrecen rebajitas a la hora de hacerse un seguro dental o la reposición de un par de gafas. Ahora vienen maduras, pero no pasa nada. Ya habrá tiempo de quejarse.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

ME RETIRO, ME RETIRO


Una niña de 13 años ha decidido que ya está bien eso de vivir y se planta. Que sí, que para qué demonios un corazón nuevo si las dolencias que padece (una leucemia brutal se lo ha debilitado) la atormentarán los seis meses que le quedan llegado el presunto trasplante. Esta tragedia, la que supone querer morir en paz y que no le dejen a uno, no es nueva en estos tiempos. El debate está en la calle, muchas personas piden para sí mismos el derecho a la eutanasia; otros ya se despidieron triunfantes, como Ramón Sampedro, o tantos individuos sin nombre y apellidos que recibieron en su momento una definitiva dosis de inyección letal, a manos de doctor Muerte, claro. En el caso en cuestión, no hablamos ya de eutanasia, sino de un horripilante bajar los brazos y aceptar sin concesiones lo inevitable. Si hemos de morir, por qué presentar batalla. La situación me parece inusual. No obstante, el polémico caso que divide a la opinión pública inglesa, y por ende, mundial, está en lo singular del sujeto protagonista: una adolescente que sólo conoce como sinónimo de vida el dolor. Hannah Jones prefiere rendirse. A su corta edad, se ha mantenido firme en su voluntad de negarse a un trasplante de corazón que le alargaría la vida. Por el contrario, el trasplante podría activar su leucemia, o acabar definitivamente con su sistema inmunitario. Su corazoncito, agujereado por antiguas sesiones de quimioterapia, ya no da más de sí. La argumentación de los padres (una enfermera, para más inri, y un auditor de cuentas) es que “respetan la decisión de su hija”. Y yo me pregunto si no han pensado en que la enferma es menor de edad, que su mundo gira solamente a operaciones, hospitales y llanto, y que otros pensamientos serían posibles si tuviera una nueva oportunidad. Yo no sé si las autoridades hacen bien en aceptar, como parece, la voluntad de la niña, pero este precedente (morir, y basta) me parece el último escalón por subir en esa carrera asquerosa que es despreciar la esperanza. Hay quien dice que es lo último que se pierde; hay quien dice que es lo último que se cumple.

jueves, 6 de noviembre de 2008

HISTORIAS DE CADA DÍA

¿Sabe usted la edad exacta que tiene? Una señora acaba de salir por la televisión y su estremecedor relato se resume en una madre que la abandona, una rocambolesca historia de cantante ambulante y objetos perdidos. La víctima de esta historia de Colin Tellado manifiesta que quiere saber “si tengo hermanos por parte de padres, saber mi edad verdadera y dónde he nacido”. Se le puso la edad según un test psicológico y un estudio óseo. De niña, no tener cumpleaños le causó un trauma que, arguye, ya ha logrado superar. Lo que no sabe la hija de esta coplera del tres al cuarto es que su madre no ha muerto, que está detrás del bastidor del programa. Se lleva las manos a la cabeza como si nunca hubiera dejado a su niña como cualquier simpapeles que cruza el Estrecho. Qué cosa no tendrá la tele que es capaz de representar estos sainetes a diario para regocijo de incautos que, como yo, tienen un mínimo de aguante antes de cambiar de cadena. “Yo soy tu madre y te diré toda la verdad”. Bueno, eso será otro día. “No puedo llamarte madre", concluye Carmencita.

martes, 4 de noviembre de 2008

EL NUEVO LÁZARO


La feliz recuperación, milagrosa según él, que ha experimentado ese nuevo Lázaro que la sociedad española reconoce por el nombre de Jesús Neira, bien podría estudiarse en las Facultades de Medicina de medio mundo por lo ejemplar, y singular, que ha supuesto un reestablecimiento tan favorable, dadas las condiciones que traía el paciente. Efectivamente, el caso de este salvador salvado en última instancia es inaudito desde el punto de vista médico. La ciencia -batas blancas, radiografías y tubos por doquier- ya le daba por perdido. Por ejemplo, sus pulmones, según los estudios de hace pocas semanas, tenían un definitivo aspecto irreversible. Dos meses y pico en coma, múltiples fallos orgánicos ante el grado de depauperación… Y un día se despierta, conversa con familiares y personal hospitalario como si nada hubiera pasado. El asunto, ya saben, ha sido seguido por toda la opinión pública desde su inicio. Nadie con algún sentimiento humano sería capaz de sentirse ajeno al dolor que supondría una muerte casi segura para un inocente que pretendía evitar una agresión. Lo peor, sin duda, ha sido esa comedia grotesca protagonizada por la víctima original de esta historia, una tal Violeta Hijadeputa que ha sacado tajada gracias a la infame televisión de mierda y el papel cuché. Claro, que todo se magnifica en los medios. Creo que la multiplicación de casos de violencia de género (o de accidentes de avión, Álvaro) parece agigantarse por el orden del día que selecciona la mass media cada mañana. Lo que ocurre es lo que se dice que está ocurriendo… Pero todo este fenómeno, el de Jesús Neira, también se ha nutrido de reflexiones positivas. Si en un país como éste en el que se cuestiona y pide con más fuerza el derecho a la eutanasia, hubiera una ley relativa a lo que ahora llaman muerte digna, quizás el paciente en cuestión, vista su patología, no hubiera sobrevivido. No se hubiera apostado por la vida hasta el último momento desde el punto de vista clínico. Ya sé que hay casos y casos, a cada cual más doloroso. Con todo, éste concretamente, tan sensible a la mayoría, ha sido paradigma de fe, razón y constancia. Así se ha salvado Neira. Y si me lo permiten, un poquito también por algo que no existe (?), dicen que porque no se ve. Es algo que no se toca, no se compra y no se vende: la esperanza del ser humano. Toda invocación a Dios, o al diablo, que usted pensó o pronunció cuando deseaba que se repusiera Jesús, valió la pena. Tuvo su respuesta. Neira ya nos ha dado las gracias.

lunes, 3 de noviembre de 2008

RESPETEMOS LAS SANAS COSTUMBRES


No hay nada peor que la incomprensión. No ya por lo
inoportuno que supone encontrarse con seres humanos
incapaces de llegar al más mínimo entendimiento,
sino por la angustia que se genera ante el hecho de
que aún existan personas carentes de toda empatía,
esotérica palabra cuya desacostumbrada presencia
en un diálogo impide resolver los conflictos de manera eficaz,
y ante todo, rápida e indolora.


Verán. Viernes 31 de octubre. Barrio joven de gente joven que acaba de instalarse con el sacrificio real de los tiempos de hoy. Llaman a la puerta de un vecino, el cual se encuentra delante de una chavalería que, respetando esa antiquísima costumbre y multitudinaria celebración del Jalogüin, pide al ínclito protagonista de esta historia “truco o trato”. O das caramelos o bombardeamos con huevos frescos la fachada de tu casa. Y ya está. Ante la negativa del susodicho, que parece ser que no tenía con qué satisfacer la demanda, las amenazas se vieron cumplidas. La situación se volvió complicada. El vecino reprendió la acción de estos pequeños seres fantasmales (todos disfrazados de la misma guisa) con expresiones tan soeces y carentes de toda humanidad como “lo que habéis hecho no es una broma, es una gamberrada”, “habéis venido a mi casa sólo para hacerme daño” y un imperdonable “o me limpiáis ahora mismo todo esto o llamo a la policía”. Qué descaro. Eso es coartar la libertad de expresión y el tiempo libre de nuestros tiernos infantes. La cosa no quedó ahí. Yo, que por allí andaba y ya sabéis que me uno a este tipo de fiestas con una facilidad pasmosa, me aventuré a decir a un parroquiano que el episodio continuaría con una de estas dos opciones: La primera, que llegara la madre de alguna de las niñas reprendidas, la cual montaría un escándalo al ínclito vecino que recordaría toda la vida. La segunda, que viniera el padre, que no se andaría por las ramas y le pegaría un buen par de sopapos. Qué es eso de que se metan con mi niña y le agarren por el brazo para que no salga corriendo. Por razones obvias, la tercera vía puesta en este debate, esto es, que llegara a tiempo una patrulla de la policía, la desechamos mis interlocutores y yo rápidamente. En fin. Cinco minutos más de jaleo y gritos, cuando, efectivamente, llegó la madre de una de las niñas más afectadas. Cual boxeador arrogante, se puso cara a cara con el vecino. Se lo quería comer. A gritos, le repetía incesantemente “qué le has hecho a mi hija”. En un movimiento feroz, cogió del portal de la casa la cesta repleta de huevos (la prueba del delito) y la estrelló a los mismos pies de su brutal oponente. Con toda la acera, ahora sí, repleta de simpáticos huevos de Jalogüin, la señora se sosegó cual vaca inyectada con una dosis letal de tranquilizante. Se dio la vuelta y se fue tan pancha para su casa.