jueves, 29 de mayo de 2008

EL HOMBRE INVISIBLE


“¿Quién es Jesucristo?” Gritó la señorita de los cursillos prematrimoniales la noche del pasado lunes. En vista de que todo eran caras de circunstancias, no tuvo más remedio que hacer su particular encuesta de uno en uno. Por aquello de la timidez, se entiende. El primero de la esquina, un chiquillo que decía casarse en julio, contestó que no lo sabía, que no lo conocía, que le había pillado fuera de juego, que no había estudiado para este examen tan de sorpresa. Tanto su pareja como las de al lado tampoco se pronunciaron. Un coleguita, medio riéndose aún no sé de qué, dijo que él sí que contestaría, a la manera que acostumbraba, claro. Resulta que la Blanca Paloma se quedó preñada en Belén –bueno, le parecía- pero que el Niño no se ha resuelto si era de verdad o un invento. Abierta la veda, varias parejitas más se lanzaron, y en un alarde de profundidad argumentativa, creyeron acercarse a la difícil respuesta con lindezas del tipo “Una creencia…”, “Una fe que tienes por dentro”… Hubo un nota que dijo que era (sic) “Un personaje”. Así, que, aturdido por la crudeza de la velada, me fui a casa. Omito cualquier impresión personal ante tal espectáculo. Qué más da. Espero mejor a que sea el amable lector, si ha llegado hasta aquí, para que valore y saque sus propias conclusiones.

miércoles, 28 de mayo de 2008

CASANDRA ERA UNA DESGRACIADA

Continúo hoy la saga de personajes mitológicos a sabiendas de que algo bueno nos deparará compartir sus historias, por mucho que se las inventara algún griego distraído a la sombra del Partenón. Resulta que Casandra, tan jovencita y encantadora ella, fue dotada de una virtud por los dioses, si excluimos la que ya llevaba de nacimiento. Su singular belleza no le traería más que problemas, y como no deseaba que un dios cualquiera le metiera mano así como así, el castigo de Apolo no tardó en llegar. Vale que tenía la muchacha la facultad de adivinar el futuro, pero nadie, en cambio, la creería, vaya. Y en esas estaba la muchacha, tomada por loca, angustiada, dando gritos por ahí para que algún alma comprensiva atendiera sus tristes presagios. Hubiera evitado la guerra de Troya la tía, o cualquiera de los desastres que a continuación asolarían a los suyos o ella misma. ¡Pobre Casandra! La tortura que sentiría al saber y no poder hacer. Cierto es que hubo un muchacho, movido tal vez por el amor, que le echó la cuenta justa para ganarse su confianza. Por lo demás, la desdichada fue poco más que un ser despreciable. Podríamos nosotros preocuparnos de su historia por una vez. No ver más allá de lo que tienes delante de los ojos, es, sin lugar a dudas, algo miserable. Aquí está la simpleza del que no conoce, no atiende a nada más que sus propias ideas, por radicales o ridículas que sean.

lunes, 26 de mayo de 2008

GRITAMOS CORPUS


La mejor persona que conozco hizo alguna de las fotos del desafortunado día del Corpus Christi en Dos Hermanas. A falta del mejor fotógrafo que conozco, (estaría durmiendo, como en el año 2005) buenas son estas tristes imágenes de la crónica de una procesión enclaustrada. ¿Y sabéis lo peor de toda la mañana? Que no me quedan palabras, y si hubiese alguna, sería mejor guardármela. Por la noche, un ángel entre nosotros me devolvió a la realidad: Debes decir siempre lo que piensas, aunque luego tengas que disculparte; pero debes hablar sólo en el momento adecuado. En fin.





miércoles, 21 de mayo de 2008

EPISTOLARIO LÍRICO... POR UNOS PAÑOS


Aquí un amigo, al que le acepto con mi mejor humor lo mandado, me ha sorprendido con una suerte de epístola clásica, es decir, una carta con su rima y todo. Con el asunto que trata, me he puesto manos a la obra y adjunto aquí mi respuesta, en forma de encendido soneto. Poco menos merecía la misiva en cuestión. Bueno es decir en mi descargo que, recibido el correo durante el recreo, mi respuesta no ha dado más que para media hora de consonantes y palabras contadas.



Miércoles, 07:19:24 horas

Cual no sería mi sorpresa,
cuando regresaba anoche de fuera,
que al ver cierta tela impresa
lléveme las manos a la cabeza.

Y no es por insultar,
pero has de saber, Rafael,
que la cosa no va a quedar
como anoche presagié.

¡Voto a Dios que la susodicha
valdrá para alimentar las brasas
en cierta parcela amiga
algún sábado por la mañana!

Miércoles, 11:33:35 horas



POR UNOS PAÑOS…

Voto a Dios que me espanta esta grandeza,
hermano, que ese paño con buen fin
a creyentes gusta y llega al confín
de tu ciudad, balcones con la pieza.

Domingo de Corpus, naturaleza
es cantar gloria a Dios con fervorín:
patrio, local, de hermanos, colorín
colorado, para el Señor belleza…

Toda muestra de amor sacramentado,
señala mucha gracia nazarena:
Sea por siempre bendito y alabado.

Si no hubieran símbolos, loa plena
a Jesús Eucaristía sagrado,
poco más habría, Compi… refrena.

domingo, 18 de mayo de 2008

MI AMIGA PILAR

Últimamente he andado algo perdido. He recordado algunos momentos de años cercanos que ya no son. Al hablar hoy con un amigo que con la treintena, trabajo fijo y esposa se ha matriculado en la carrera de Humanidades, creí oír otra vez de fondo a Silvio Rodríguez, llevando encima la vieja carpeta de folios entre los muros de la antigua fábrica de tabacos. Tal vez sentí el frío de los pasillos de la Facultad de Filología. Quizás, algún que otro poema en una libreta, una bici azul... una íntima amiga que me descubrió un mundo nuevo, la grandeza de Sevilla y su gente, desconocidos a pesar de que estaban tan cerquita de mi casa: el Amarillo o la línea férrea, ya ven. Mi amiga Pilar. La recuerdo tanto... Era una graciosa chiquilla que me confesó haber llorado en el vientre de su madre. Por eso, claro está, tenía ese encanto tan único envuelto en el misterio de su voz, su comprensión, su bondad. Pilar, que me agarró de la mano y me enseñó la amistad a través de la ventana de nuestra carrera, quizás está ahora más lejos (qué más me da el tiempo o el espacio hoy), pero seguirá riendo y escuchando como el primer día. De seguro, andará como la dejé, con sus personalísimas gafitas doradas, su pelo liso cortito, que tanto me gustó. Habrá dormido algo menos de lo acostumbrado, puede que por el último libro de la mesilla de noche, a lo mejor por la constancia en su tarea. Como siempre pensó en los demás, su trabajo tenía que ir encaminado hacia una labor callada, altruista sin fisuras. Cuando la tengo presente, sin saber por qué, en días que no están en el calendario, me reconozco un tipo extraño: Me veo otra vez con los demás en la playa, compartiendo horas, cartas y cuentos a media noche, viajando a Carmona con Valme para que disfrute de una copita junto a una vieja iglesia y comparta conmigo su compañía; pensando en el último día en que la vi. Por eso, me resulta casi imposible, me parece terriblemente inaudito no levantar el auricular e ir a buscarla. No sé si es eso mismo lo que le ocurre a ella. Sí tengo la impresión de que el tiempo, según para que cosas, crea una costra que parece inofensiva, pero separa a las personas pese a que advirtamos este proceso, lento, delante de nuestros ojos. Pero como todavía es mi adverbio favorito –lo repito sin cesar a los niños de 1º de ESO para que se enteren ellos también–, confío en que esos días felices volverán. Y recuperaremos el baile que siempre le negué. La volveré a mirar con mi media sonrisa, iremos al Sopa de Ganso como si nada. Nos despediremos con un solo beso. La oiré. Guardaré otra vez en un libro la hoja de aquel árbol del parque María Luisa. Sabed que son cosas que nunca le dije.

viernes, 16 de mayo de 2008

FALTA DE LUCES


El otro día pasé por la gasolinera, la que se encuentra a mitad de camino entre Dos Hermanas y Los Palacios, la que tiene el carburante más económico de la zona. Allí, me asaltó la nueva tarifa vigente. Hasta 1’222 euros del ala el litro de gasóleo. Vaya, que cuando el operario se dirigía a mí le pregunté si el precio ya incluía la extracción de sangre que me tendrían que hacer. Se ha cacareado tanto la crisis económica en los últimos meses que hoy parece poco destacable el valor que tiene la gasolina, un paquete de leche o un kilo de tomates. Cuando en los agitados debates televisivos Solbes y Zapatero dieron un buen revolcón al desaparecido Pizarro y al inocente Rajoy, todo parecía pensar que este gobierno feliz sería capaz de contener los previsibles malos tiempos con agudos planes que atajasen el temporal. Ahora comienzan a llegar las primeras medidas. Resulta paradójico que el mismo Ejecutivo que regala 400 euritos al personal por la cara también use el mismo arma (bueno, la jeta, por aquello de la expresión intensificadora) para provocar una subida, que dobla el IPC, en la factura de la luz. A partir del mes de julio habrá que rascarse al bolsillo así, sin más, porque hay que hacer caja. Como en el cuento de Gianni Dovari, quizás en un futuro no muy lejano tengamos que pagar impuestos por pasear por la calle o por mirar fijamente a la luna. Y todo ello, con una legal impunidad que, como siempre, pagará el usuario de a pie. Escucho en los foros aquello de que tenemos lo que nos merecemos. También, añado yo, que nunca más efectivos han sido los fuegos de artificio. Todas esas medidas, regalitos chequera en mano que se han prometido en los días de vino y rosas pasarán... factura.

martes, 13 de mayo de 2008

NADA QUE PERDER


Tiene Conchita una voz demasiado dulce, al punto que se me hace algo desagradable cuando la escucho hablar por la televisión en estos programas de cotilleo que se hacen eco de alguno de los premios que le han otorgado como cantante revelación. No es éste mi veredicto cuando canta la muchacha. Me recuerda su fenómeno a la paradoja que sigue siendo Luz Casal. Tiene una voz horrible, nasal, constipada en su vida cotidiana, pero la concentra en armonía cuando entona, pese a los golpes de la vida. Como me confieso seguidor de la música actual pero, eso sí, desapasionado totalmente, voy conociendo poco a poco a las nuevas voces, cuando ya está todo el mundo cansado de saber de ellas. Así me ocurrió con Bebe, por ejemplo. Y en éstas estoy, dándole vueltas y vueltas al CD Nada más en el coche. Escucho la canción Nada que perder y me asalta una terrible melancolía. Sabrá ya el lector de qué trata la canción, pese a que yo la descubriera hace un suspiro. Más que la letra, que no es artificio ni portento de rima (continuas repeticiones, finales en aguda) es envolvente y arrebatadora su música. Sabe Cochita que es aquí donde las canciones triunfan. Su voz, que se torna en cándida e inocente, es un arma que atrapa a quien escucha. Como a mí, que me ha devuelto recuerdos pretéritos y momentos personales. Considero, en fin, que he vivido, porque tengo pasado. He puesto banda sonora a los sentimientos, que resumidos en esta canción, me vuelven a reencontrar –otra vez– con la necesidad de no olvidar, no intentarlo aún. Vivir, recordar. Aunque dicen que la distancia es el olvido, estoy seguro de que el apreciado lector compartirá conmigo que ni la lejanía espacial, ni la temporal, son fuerzas suficientes para hacernos ausentes a la llamada de nuestros deseos, preocupaciones o ideas. Conchita luchó por su antiguo amor. Yo, por otro lado, y como el protagonista de la película Solos en la madrugada, que he visto ahora, 30 años después de su estreno, sólo me mantendré en mis trece para mejorar, pero sin olvidar, sin olvidar quién soy y de dónde vengo. Dicen que la melancolía es un estado continuo y profundo de tristeza…

domingo, 11 de mayo de 2008

APUESTO POR LA AUTOEMASCULACIÓN


Al calor de las viñetas de Mingote, y aun declarándome seguidor del fútbol, nunca he entendido la artificiosa efervescencia que provoca en el ánimo de los aficionados el hecho de que su equipo gane un título o se clasifique para otra competición. Que personas de cualquier edad se reúnan para festejar lo que sea me parece un claro síntoma de felicidad que hay que disfrutar, pero cuando ésta se convierte en un acto indisciplinado que afecta a los que no la comparten, eso es vandalismo. Claro que, hoy en día, lo que ocurre en un campo de fútbol o en un colegio (léase insultos a tu madre, lanzamientos de cualquier objeto o mal uso y deterioro de los espacios) no suele tener consecuencias penales. Lo peor del caso es cuando la autoridades, que velan por la civis y los ciudadanos, protegen, alientan o miran para otro lado cuando estas faltas continuas se hacen de manera repetida, esgrimiendo aquello de la tradición. Allá por 1782, al monarca Carlos III se le caían las lágrimas cuando admiraba asombrado la fuente de la Madre Cibeles, que lo es y será de todos los dioses del Olimpo según la leyenda asiática. Montada sobre su trono y tirada por dos leones, porta en su mano derecha un cetro de reina, y en la izquierda la llave de su poder sobre las demás deidades. Nunca se imaginó el hombre ilustrado de ese mal entendido siglo XVIII que el monumento sería ultrajado por Pirris, Santillanas o Raúles en pleno siglo XX. Ataviada con banderas, bufandas merengues y besitos del capitán del Real Madrid, bien querría la diosa un mejor sacrificio. Según el mito, el pastor Atis se capó por ella en señal de amor. Eso sí es un símbolo de gratitud.

jueves, 8 de mayo de 2008

BILLETE DE IDA Y VUELTA


Asombrado por la espectacularidad de la noticia, a parecida en un periódico de papel de los normales y corrientes, lo primero que pensé en que en Los Simpsons hay algún visionario, una especie de gurú que convierte en realidad sus sueños de guionista loco. ¿Recuerdan ustedes el capítulo en el que el Señor Burns, Smithers y Homer se fugan a Cuba con un billete de un trillón de dólares? Fue acuñado en su momento por el Gobierno de los Estados Unidos para paliar la crisis tras la Segunda Guerra Mundial, ya saben. Ahora, resulta que el Banco Central de Zimbabue ha emitido un billete que vale 250 millones de dólares (zimbabuenses), pero dólares al fin y al cabo. Ha batido el papelito a su antecesor, otro de 50 millones –moradito, como los recónditos de 500 euros- aunque parece que va a servir de bien poco, porque la inflación en este país se acerca al 165.000%. De cualquier manera, se comenta que el valor real del nuevo billete llega a los cinco mil euros del ala. Por eso, que haya timbre oficial por el mundo por estas cantidades me hará permanecer alerta. En un futuro no muy lejano, quizás nos encontremos con que el Big Ben londinense aparezca un día con esfera de reloj digital, como lo aprecia Lisa cuando encuentra a su primer amor en el año 2020; tal vez los jockeys sean verdaderamente enanitos que viven bajo tierra, que pugnaban con Bart a lomos de Furious B en el hipódromo; acaso nos condenen en un juicio por afirmar que Dios está en todas partes, y también en este mismo momento con nosotros aunque no lo veamos, como le ocurre a Marge cuando la toman por demente. Que la policía estadounidense te dé una somanta de palos y después te pregunte también es hoy ya una realidad. Y de Homer... Bueno, Homer es, simplemente, Homer.

martes, 6 de mayo de 2008

SIN TETAS NO HAY PARAÍSO, CLARO


En un nuevo intento por montarse en el último tren de las oportunidades, que no es otro que el de sacrificar la dignidad humana y la propia intimidad por unas cuantas perras gordas, la famosa en su casa Magdalena Rouco se ha hecho con la popularísima portada de la revista Interviú. Nada mejor que ponerse en pelotas para denunciar que tu tío, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, es un ser malo malísimo, capaz de cometer sangrantes delitos que van en contra de la tradicional familia de la que ella forma parte. No cogerle el teléfono, o estar ausente de acontecimientos familiares por la ocupación que exige su cargo son grandes argumentos para ganar un dinerito, salir en la prensa, y esperar a que te llamen de La Noria o Está pasando. Allí, previa tarifa concertada, podremos saber si a Monseñor la gusta la sopa de cebolla, si de pequeño se tocaba, o en qué clase viaja cuando toma el Ave o un avión. Con un cuerpo ahora expuesto a la crítica de cualquier vecino del rellano, Magdalenita ha manifestado que su tío, y la iglesia en general, tienen una doble moral. Por eso, nada mejor que manifestarlo en top less a los cuatro vientos dentro de una publicación de gran tirada. Así, la ínclita entrará a formar parte de espectaculares portadas anteriores. Pasaron por caja la madre abnegada que es Belén Esteban, o las concursantes de Gran Hermano, por ejemplo. Lo peor de todo es que el sistema funciona. Cualquier miserable puede tener cinco minutos hábiles para sacar provecho económico de sus más bajos instintos. Y no pasa nada.

domingo, 4 de mayo de 2008

ASCLEPIO ERA BUENA GENTE

He leído por casualidad la historia de este hijo del dios Apolo, salvado de chiripa por su propio padre de la pira funeraria de Corónide. Resulta que la osada, estado ya embarazada de aquél, se enrolló con un mortal, y se formó un buen escándalo en el Olimpo. Respetando una cuidadosa educación a cargo de un centauro, Asclepio aprendió el arte de la medicina. Dedicó su vida a sanar a los mortales, e incluso -ahí estuvo el problema- a resucitar al personal así, por su cuenta. Este pequeño detallito no pasó inadvertido por Zeus, que lo fulminó del un rayo porque le dio la gana, y porque de paso, reestablecía el orden del universo, que no iba a venir un cualquiera a colapsar la Tierra y dejar el reino de Hades de lo más aburrido. Resulta que el culto a Asclepio creció como la espuma en la Antigüedad, porque hasta muerto el tío sanaba a la gente que se lo visitaba a sus santuarios. En Roma, los peregrinos se echaban a dormir allí, y en sueños, el primer galeno de la historia recetaba lo adecuado para la pronta curación (Hipócrates, se cuenta, fue descendiente de su prole). Es ahora, en pleno siglo III antes de Cristo, cuando los romanos lo simbolizan con la serpiente que se enrosca en un tronco. No sé cuál sería la causa entonces, pero veinticuatro siglos después, cada vez que paso por una farmacia pregunto qué demonios significará ese simbolito. Como es natural en un ser de este calibre, tuvo varios hijos (médicos, claro está, del lado griego en la Guerra de Troya). Sus hijas, conocidísimas, son Higía (Higiene para los amigos) y la singular Panacea, que, pese a que alardea de ser el remedio universal, no hay dios, semidios o mortal que se la haya encontrado un día de frente y no le haya pasado de largo sin ni siquiera decir adiós.