miércoles, 29 de septiembre de 2010

LA FLOR DEL ALBA


Daniel Pineda Novo ha regalado a Dos Hermanas en general, y a la Virgen de Valme en particular, un poemario titulado La Flor del Alba. Se presenta el 1 de octubre en la antigua capilla del Ave María (21:00 horas). Y no es un libro cualquiera. Alguien la denominó un día como la Virgen de los poetas, pero paradójicamente no tiene ningún libro de versos dedicado por entero a Ella desde finales del siglo XIX. Hablamos de las legendarias Coronas Poéticas, las editadas a instancias de los Duques de Montpensier y Fernán Caballero (1859) y las de Lamarque de Novoa y el Padre Morgado (1894). Muchos autores han dedicado palabras de amor a la Virgen fernandina, pero es ahora, en pleno siglo XXI, cuando esta autoridad sevillana (de Coria del Río para más señas, pero con fuertes vínculos con Dos Hermanas) publique lo que podríamos denominar Tercera Corona Poética en honor a la Virgen de Valme. La obra tiene una exquisitez memorable. No son poemas inconexos, sino que establecen un recorrido devocional a través de la historia, la tradición de siglos y la fe de los nazarenos. La Flor del Alba, esa Virgen Divina al despuntar la mañana del tercer domingo de octubre, es retratada por el poeta a través de precisas metáforas que se deslizan en cada una de las composiciones. Creo que la obra en sí, por lo arriesgado de la edición y la verdad de su palabra, quedará fijada en la historia de la literatura dedicada a la Virgen. El tiempo lo dirá. Y por último, aun a riesgo de sonar pretencioso, quisiera reivindicar la labor de la humilde Asociación Cultural La Plazoleta de Valme. Con la presentación de La Flor del Alba, ya son cinco los libros que publica con temática absolutamente nazarena. En estos últimos años esa es su vocación.

jueves, 23 de septiembre de 2010

CINCO AÑOS


Hoy se han cumplido cinco años. Ese día, estaba el Alvari contentísimo con su mano vendada, medio aplastada por la rueda de una carreta. Todos sabíamos que era poca cosa para la gravedad que nos pareció justo el día anterior. Yo estrenaba corbata. Entendí entonces que era sólo en las ocasiones especiales cuando debía mantener esa costumbre. Cada año intento hacerlo el día del Corpus. Me corté al afeitarme aquel día, y temblaba sólo de pensar lo que nos aguardaba en el Ave María. Cinco años ya. Estaba Hugh ufano de nuestra obra, aunque entretejía para sus adentros todo lo que sentía y siente con letras de molde por la Virgen de octubre, esa que nos protege el año entero. Él, con su carácter castellano-nazareno, nos reunió en un proyecto de locos, que comenzó con la incertidumbre de un hospital y concluyó a las plantas de un cuadro según se entra, allá al fondo. Había que dar las gracias. Cinco años. Lo he descubierto esta tarde, cuando nos reunimos en el sitio de costumbre, en esa cafetería de aquellos miércoles: de Coca-colas, café solo en taza y batido de chocolate (ahora trocado por una guarrería a la que llaman Nestea, no sé). De verdad que ha sido casual nuestro encuentro. Nos hemos llamado, nos hemos visto unos solos minutos, pero nos hemos acordado entonces, qué demonios. Hoy, a estas horas, me recuerdo parvulito mirando la historia de todo aquello que quise aprender. Imágenes en blanco y negro marcadas con las arrugas viejas de una historia de amor que Dos Hermanas guarda en su memoria. Hoy ¿saben? se cumplen cinco años de aquel libro que me hizo mayor, esa obra de principiante, biblia mariana de nuestras creencias en voz baja: De Valme, un pueblo y su Virgen. Por eso, hoy quisiera compartir esta mezcla de emoción y melancolía que tengo las noches en las que no puedo dormir. Como sé que lo que escribo no tiene guión, no lleva remitente ni secretos, debo entonar, pues, unas gracias tan grandes como los cielos que perseguimos, la certidumbre del ayer y la de pasado mañana. Cinco años… De Valme. Casi nada como para no darme cuenta, y repasar esa foto de la cabecera, en la que descubrí esa mano que nos acaricia, que nos abraza, esos ojos que nos acompañan hoy y ahora, siempre y todavía. Muchos meses, semanas, días completos con sus minutos y sus segundos que han ocurrido a mi favor para que en este día pueda ser capaz de pedir perdón por todo aquello que pude hacer mejor, para publicar de una vez lo tanto que me ayudaron mis compañeros de viaje, y, por supuesto, la vida que me comunicaron todas esas personas de las que escuché en directo lo que esa palabra, esa Virgen, supone para nosotros.

domingo, 19 de septiembre de 2010

¿IBA GUAPA, EH?

viernes, 17 de septiembre de 2010

HUELGA DE AFECTOS


¿Cuándo dicen que es la huelga general? Aún no conozco a nadie que haya reconocido abiertamente seguirla. No creo que a esta gente de la clase media, en la que más o menos nos incluimos la mayor parte de la clase trabajadora, tenga una opinión algo diferente de la misma, si no hablamos pues de que viene tarde y mal, que ya no tiene ningún sentido y porque, no descubriré nada, la sospecha, quizás certeza, es que se convoca en una suerte de cariño suave hacia el gobierno. Procede de quien procede su anuncio, así que no debió sorprender a nadie que en la campaña publicitaria de hace unos días se atacara (en clave de humor, cómo no) al PP, como si el gobierno no tuviera mucha culpa, no. Ahora bien, qué triste, que esperpento nacional, nacido de la misma Andalucía, que sea Pastrana y la UGT de esta comunidad la que proponga que ese día (¿saben exactamente cuál es, de verdad?) los abuelos ceden en su “actividad”, que es la de echar una amo a sus hijos cuidando a los nietos. Comoquiera que la citada tarea todavía no tiene recompensa alguna, y supongo que los contratos fijos o incluso temporales a pensionistas no se firmarán (qué más da) para tal menester, la estupefacción por tamaña gilipollez es como una catedral. No teníamos bastante con la pantomima con la que viviremos ese día de septiembre (¿qué día, qué día exactamente?) como para que la UGT andaluza, refrendada por la nacional, nos insulte a todos con la huelga afectiva, personal, amorosa y comprensiva que supone la labor de los abuelos a los nietos. Puestos ya a hacer más grande la faena, que en definitiva, la huelga sea tamaña y se recuerde a través de los tiempos, podrían los convocantes pedirle a la autoridad competente que se apaguen los semáforos de las ciudades, se cierre el suministro de agua y el eléctrico de las casas, se prohíban “piquetes” afectivos de fulanos y fulanas dándose un pico, un revolcón, no sé, un paseo por medio del parque cerca de tu casa. Que haya toque de queda y la gente no se mire a los ojos, no se coja de la mano caminando por la calle... ¡Que durante todo ese día la abstiencia afectiva sea total! ¡Nada de sexo! Por pedir que no quede. Bastante poco están haciendo aún para jodernos la vida.

lunes, 13 de septiembre de 2010

LOS NIÑOS, AL COLEGIO


La propuesta que lanzó hace unos días la confederación española de padres y madres de alumnos (CEAPA) acaba de proclamar la necesidad de una serie de mejoras en el sistema educativo en aras de la “conciliación de la vida profesional y laboral de los padres en relación a los estudios de sus hijos”. Tócate los cojones. De un tiempo a esta parte, el odiado vocabulario que nos trajo la Logse se ha convertido en todo un metalenguaje eufemístico, con el que decir cosas ridículas sin que suene mal, y encima, con palabrería culta. Casi nada. En roman paladino, lo que quieren estos papases y mamases es, simplemente, que los colegios estén abiertos 12 horas al día para tener allí a sus hijos… y que también se abra los domingos. Más concretamente: todos los días del año, sin pausa. Eso es la conciliación, ya ven. De verdad que, de un tiempo a esta parte, la mayoría de las noticias que se cuentan en los periódicos me suenan a chiste. En materia de educación, especialmente. No piden los progenitores que los centros educativos estén dotados desde el primer día con el personal docente, ni con los materiales necesarios acordes con el tiempo que vivimos. No piden mayor autoridad del profesorado en el aula, ni echan en falta un sistema que exija una formación sólida ni unos conocimientos generales para una vida intelectual, no. Para eso basten las cosas como están. Sí que considera necesario la CEAPA un lugar en el que dejar a los niños cuando plazca, incluidos los fines de semana, porque se colige pues, los padres no tienen por qué preocuparse de la compañía de sus hijos, ni tienen familiares ni amigos a los que pedir ayuda para cuidarlos en horas de trabajo. Para eso ya están los profesores, que son muy vagos y no hacen nada en todo el día. Espero que ningún profesor tenga descendencia si prospera la iniciativa de la CEAPA, porque con esta carga laboral que se le avecina, creo que tampoco tendrían mucho tiempo para cuidar de los suyos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

CARTAS CON SELLO Y TODO


¿Saben ustedes la última vez que escribí una carta? Me refiero a las de verdad, las que se rellenan en una hoja del cuaderno o un folio en blanco, siempre tomadas a pulso, y no a máquina u ordenador. Por supuesto, ésas que posteriormente se envían por correo, preferentemente en el buzón que hay en la esquinita de la plaza de tu pueblo. Sí, porque las que se pergeñan romanticonas para la novia, y se dan en mano cuando te despides de ella al llegar a su calle no entran en nómina. No sé, son menos auténticas que las otras a las que aludo. Les decía que yo hace muchos años que no escribo una carta, carta. Ni siquiera esa especie de subgénero que vienen a ser las postales veraniegas. Desde pequeño, me preocupaba mucho que cualquiera que la tomara en sus manos, el cartero, por ejemplo, supiera dónde estaba mi amigo Curro y cómo se lo estaba pasando en la playa de Rota. Eso sí, cartas no escribiré de puño y letra, pero he cotejado, primero por descubrimiento, y después por curiosidad, los centenares de correos electrónicos que almacena mi servidor automáticamente. Desde hace tres años para acá, el infeliz me está atesorando de una mini biografía virtual de ida, porque ya les adelanto que las vueltas (los archivos recibidos) los suelo borrar recién leídos por una costumbre que no sé explicar, aunque tendrá que ver con las referidas tarjetas postales de mi niñez. Como iba diciendo, es que ya no se escriben cartas como las de antes. Entiendo que el servicio de Correos se estará reciclando en nuevas atenciones al cliente, porque ni siquiera ya la gente envía sobres a la televisión con tapas de yogures o códigos de barras de Gallina Blanca. La cultura del sms, ya ven. Aun así, sé que el género epistolar, tan vanagloriado a través de los tiempos en la historia de nuestras letras, tiene aún a algún ingenioso adalid que, quizá no lo sepa, está constituyendo un verdadero corpus literario en su vida cotidiana. Gente capaz de sobrevivir a las nuevas tecnologías, sin que se note, es decir, sin menoscabo de perderse o quedar rezagado, merece todo mi reconocimiento. Así que aquí y ahora manifiesto mi entusiasmo por este modelo tradicional y tan poco repetido que es el de correspondencia previo franqueo, situación romántica tal que intuyo no haré en cuento termine esta entrada. Internet nos está pasando factura. Ah, en breve les hablaré del protagonista de esta historia, que bien no soy yo, aunque sí me gustaría ser el destinatario de alguna de sus misivas. Eso sí, sólo de vez en cuando.Vale.

martes, 7 de septiembre de 2010

UN LIBRO ABIERTO


Adivina, adivinanza. ¿Quién es esa señora más española que los españoles, aunque su familia fuera extranjera, se criara en el extranjero y no hablara español, -al principio- sino extranjero? ¿Quién es esa mujer con nombre de calle que fumaba tabaco como un soldado, se casó tres veces y llevó a cuesta la memoria de tres maridos: una muerte por accidente, otra por enfermedad y otra por suicidio? ¿Quién será, será, alguien que no quería popularidad pero firmaba con pseudónimo literario sus cartas personales? ¿Quién ofrecía limosnas a los necesitados cuando ella misma pasaba dificultades para llegar a fin de mes? ¿Y quién, con nombre de calle, novelista novelable, romántica-realista-costumbrista, me está dando días de ensueño con relaciones, novelas cortas y poesías?

lunes, 6 de septiembre de 2010

A VER ESTA VEZ


Tenía pensado un comentario para la verdadera noticia del domingo, pero qué quieren que les diga, no me he atrevido. Juraría por lo que ustedes quisieran a que sí está escrita y no voy de farol. De hecho, mientras escribo estas líneas la estoy leyendo, en la parte superior del folio. No seré capaz de publicarla, pese a que no digo nada más allá de la verdad. Será, sin duda, porque estos tipos de capucha nos siguen dando mucho miedo. No en vano uno ha crecido más de treinta años con la cantinela mortal en cada telediario, en infinitas páginas de periódicos, incluso en un entierro muy doloroso a mitad de los noventa en mi pueblo: La sangre derramada de casi mil muertos y tantas familias rotas. Será el miedo, sí, a que un nota cualquiera se apropie del anonimato de internet para hacer daño, siquiera una pesada broma. aun así, una cosa está clara: Es indudable que esta gente, que no sabe lo que quiere, pero que no quiere a nadie, quizás comienza ahora a ver de una puta vez que aquí no pintan nada.

domingo, 5 de septiembre de 2010

BARES ESTILO SMS


Razones peregrinas (claro, porque tienen que ver ya con la Romería de octubre) me tienen desde hace algunas jornadas dando vueltas por la calle. Dejando a un lado el incremento de locales cerrados de un tiempo a esta parte, es cierto también que no faltan nuevos y arriesgados pequeños empresarios dispuestos a salir adelante. Me refiero, especialmente, a la clase popular de bares de tapas que están haciendo su agosto en esta Dos Hermanas de las rotondas y el Arco Norte. Son un tipo de iniciativas normalmente al mando de gente joven. En la mayoría de los casos, tengo la certeza de que les va bien. Con todo, es curiosa la moda creciente en el nomenclátor hostelero: Si uno se fija un poco, notará enseguida la íntima unión que tienen buena parte de los nuevos bares de la ciudad. Mi teoría es que se piensan o escriben el nombre del comercio en la pantalla de un móvil, tipo sms. Si no, uno no se explica la creciente simpatía por estos juegos de palabras del tipo “Erpacomé”, “20 y ponte púo”, “Más Ke cañas”, el legendario ya “CasiQbanas”, el conocido “Encarconde” y el arriesgado “Elderroche”. Estoy convencido de que en unos días podré ampliar mis conocimientos por este universo tabernero, que, en la mayoría de los casos (no digo todos porque aún no los he visitado al completo) ofrecen un trato y una carta a respetar. Aun así, echo en falta viejos y poco imaginativos letreros al uso de la tradición: “Bar Casa Ignacio”, “Restaurante Chema”, el mítico bar “El pino”, o la ancestral “Venta de Los Cazadores”, a la que creo le han dado el cerrojazo. En fin.

sábado, 4 de septiembre de 2010

LA RUEDA DE LA FORTUNA


Que hayan pillado a Lázaro (Jesús NeIra) en plena melopea mientras hacía eses por la carretera no me provoca sino disculpar lo contingente que es la condición humana. De salvador a reo, el protagonista de la heroica defensa a aquella (indeseable) mujer se hizo tan popular en esta sociedad carente de ciertos valores, que su imagen se fue alimentando de una cierta aura mística, ésa que sólo se confiere a las grandes personalidades, toda esa escogida masa de gente famosa a la que se mira con lupa y se imita como modelo ideal de comportamientos. Por esa razón, quizá, su cogorza sea objeto de noticias en primera plana, como si el hecho (lamentable en sí por la contradicción tan grande que en él se encierra) fuera precisamente más condenable tratándose de quien se trata. No en vano salvó a alguien de una muerte probable, pero con su conducta al volante, tal vez provocaría el efecto contrario. Son los efectos que tiene esta práctica común entre nosotros los mortales. Ya lo dijo Juan de Mena cuando visitó el palacio de la Fortuna. La rueda de nuestro presente no hace sino girar. A Jesús Neira le toca otra vez un inesperado girón, como si no se supiera ya, a estas alturas, que la perfección humana no saltará a la vuelta de la esquina. Peor aún es el regocijo que, especialmente a alguno que yo me sé, le provocará esta noticia. Al tiempo.

viernes, 3 de septiembre de 2010

SABER MIRAR


“El científico británico Stephen Hawking afirma en un nuevo libro que la física moderna excluye la posibilidad de que Dios crease el universo”. Con titular de esta guisa me decido a leer la entrada con la que nuestro singular diario Público desata la definitiva pugna entre la fe y la razón. Ha tenido que ser el insigne investigador quien nos rebelde de una vez por todas que Dios no existe. Nuestro protagonista argumenta que los nuevos estudios del universo descartan su existencia… Para algo ha publicado su libro, una semana antes de que el Papa visite su país. Llegado a este punto, convendría decir claramente de qué manera ha llegado a esta conclusión: Como Dios es (o sería… ya puestos) invisible, y no replica, como haría Belén Esteban, la teoría (agárrense) es la siguiente: Como hay planetas que giran a estrellas distintas a nuestro sol, "Eso hace que las coincidencias de las condiciones planetarias de nuestro sistema sean mucho menos singulares y no tan determinantes como prueba de que la Tierra fue cuidadosamente diseñada (por Dios) para solaz de los humanos". Equilicuá, que es posible la existencia de otros planetas, y también, de otros universos. Así, que, según argumenta, si la intención de Dios era crear al hombre, esos otros universos serían perfectamente redundantes. Y ya está. En roman paladino: Dios no existe porque no sería tan tonto de crear un montón de universos ahí, en plan derroche, para meter a todas las criaturitas a su imagen y semejanza sólo en un paraíso (venido a menos, eso sí, por el cambio climático y la creciente tasa de paro) llamado Tierra. Y yo me pregunto: ¿para cuándo una teoría física o matemática que demuestre lo que sólo se afirma en conjeturas y prejuicios? Nuestro respetadísimo Hawking no ve a Dios porque no quiere. Por mucho que haga por evitarlo, podría apreciarlo como millones de personas ya lo ven, centelleante, cada vez que miran, por ejemplo, hacia el mismo universo. ¿Qué otra prueba más grande, planetaria, estelar, podríamos encontrar? Es evidente que en cuestiones de fe es harto complicado concluir, pero no es menos claro que, tratándose esta vez de ciencia, los argumentos que se aducen recuerdan más a charlatanes de feria o vendedores de crecepelo ambulantes .