martes, 27 de noviembre de 2007

VÉRTIGO



Seremos otros, seremos más viejos,

y cuando por fin me observe en tu espejo,

espero al menos que me reconozca,

me recuerde al que soy ahora.

Ismael Serrano.


He aquí una de mis últimas (enésimas) preocupaciones. ¿Qué nos aguarda el paso del tiempo? Que seremos más viejos es seguro. No hará mudanza en su costumbre ese juez implacable. ¿Y cuando nos miremos al espejo? No creo que tenga que recurrir al mito de Narciso, pero reconocernos a nosotros mismos pasados los años sería una proeza en la época que nos toca vivir. Valores como la lealtad a nuestros pensamientos o inquietudes se pierden, especialmente si echamos la vista atrás o nos fijamos en nuestro alrededor. Recordar nuestro pasado a veces nos trae imágenes a la memoria que nos gustaría olvidar. ¿Éramos entonces así? ¡Cómo hemos cambiado! Ya que el futuro según para qué cosas me da mucho miedo, espero firmemente en que, llegada la hora, mirarme al espejo de mi vida no me produzca vértigo. Aunque el mundo pare.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace unos días asistí como inesperado monaguillo a don Salvador, en el rito de la extrema unción. Tan extrema fue que la persona falleció a la media hora... Efectivamente, el paso del tiempo nos convertirá en algo irreconocible y que (seguro) no nos gustará nada. Por eso hay que hacer varias (o muchas) cosas, por ejemplo: "sorberle todo el jugo a la vida", disfrutando lo máximo en cada oportunidad, con tu familia y amigos. Escribir (como en este magnífico blog), pintar, viajar... dejando un rastro que supere tu propia vida. Y no quejarse cuando lleguen (porque llegarán)los malos momentos. "Para no descubrir a la hora de muerte que no había vivido".

Las citas son del Club de los poetas muertos.

J10 dijo...

Cuando se plantean estos problemas existenciales, me gusta acordarme de Peter Handke y de su POEMA A LA DURACIÓN. Cada instante es irrepetible, pero no necesariamente son los momentos pasados los mejores, ¿quién sabe cuántos momentos mejores que todos los vividos nos quedan por vivir? Esa cantinela de reconocernos cuando el tiempo transcurra en el espejo de Cronos no me convence: ¿quién sabe si no nos reconoceremos porque seremos mucho mejores? El tiempo nos cambia a todos, inevitablemente. Pero no tiene que cambiarnos, forzosamente, a peor. Ganamos en experiencia, en sabiduría; sólo es cuestión de no corrompernos y saber utilizarlas...