jueves, 2 de abril de 2009

RESCATADO DEL CEMENTERIO


Una de las mayores satisfacciones que recibe un ser humano en esta vida, fíjense y prueben a practicarlo cuanto antes, es que un jovencillo te pida un libro para leer durante las próximas vacaciones. Entiéndame la próxima Semana Santa, pero bien podría ser Navidad, Feria de Abril o el puente del mes de mayo, qué más da. Resulta que hoy, después de tantísimos años esperando una señal, ésta me ha llegado en forma de petición expresa a la que no me he podido resistir. Y considero que, ya que el libro en cuestión no se encontraba disponible en nuestra biblioteca del centro, no podría yo hacer menos. Lo he tomado prestado de mi propia casa. El volumen, literatura para paladear porque desde su mismo título cada palabra está medida con precisión matemática, lleva la dedicatoria que alguien, muy personalmente, me dedicó hace bien poco tiempo. Así se lo he señalado yo la obra a mi solicitante: Mira, el libro es parte de mí y de mi vida, pero te lo dejo a ti, y sólo a ti, para que compruebes la importancia tan íntima de lo que estoy ofreciéndote. No sé, pero en este traspaso me he visto un insignificante segundo metido de lleno en el papel de ese personaje de La sombra del viento, que muestra por primera vez el contenido del evocador Cementerio de los libros olvidados. Lo han acertado. Es éste el libro protagonista de la inusual cesión que acabo de hacer. Espero que cunda el ejemplo. Ya se sabe que los jóvenes, y por ende, seres humanos de cualquier edad y condición, nos movemos bien por impulsos, bien por esa cualidad mimética que tenemos, y no siempre obligatoriamente, para las cosas más terribles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El libro maldito... ha sido lo último que he leido. Simplemente Genial.

Fdo. J.Sexual