martes, 12 de octubre de 2010

3,2, 1...


No le doy mucha importancia a los números. En la vida no me han traído mala suerte, ni siquiera el número 13 de mi antigua casa o el 11 del equipo que jugaba con camisetas de algodón en El Llano. Me gustan las palabras, aunque no las articule con la destreza o cantidad que me gustaría. Encierran mucho unas cuantas palabras bien elegidas, encierra más aún un silencio oportuno llegada la hora. Pero hoy es el turno de los números. Reconozco su frialdad, su falta de oportunidad para zanjar –otra vez, con la palabra– los asuntos que les quiero participar a ustedes. Por eso, los números se harán aquí crípticos, como me gustan esas cosas que no debiera decir o que digo a la chita callando. Ahí voy, y ustedes me perdonen. 2 años del 11, 1 año del 11 que jamás olvidaré, 12 años del 27 del 12, 36 años del 3 del 10. Hoy, día 12, 1 de fiesta de aniversario y 1 que viene, figúrense, en 1 o 2 semanas, qué más da. En 5 días, 1 mañana azul, 1 Cuarto Creciente, en 4 días, una mirada azul y un beso en la mano. En 3, 2 y 1 días, formamos un todo, –un 5– que es un quinario. En 10 días, daremos las gracias. En 21 días, 21.098 metros.

2 comentarios:

Humberto Dib dijo...

Hola, Rafael, es la segunda vez que entró a tu blog, me parece genial.
Cuando quieras pásate por el mío. Un abrazo desde Argentina.
Humberto.

www.humbertodib.blogspot.com

Anónimo dijo...

Qué original, qué trabalenguas, números que narran tu vida, todos tenemos los nuestros, es genial