martes, 26 de enero de 2010

LA VIDA EN ROSA


La siguiente entrada es un claro ejemplo de intertextualidad. Dos personas distintas que hacen uno sus pensamientos
e inquietudes. Él es Cristian, un alumno-maestro de Los Palacios, el otro más mayorcito en fin, Rafa, un profesor-alumno
de los que cada día aprenden algo nuevo de la buena gente.


Cristian:

Todo empezó con un jersey. Un jersey que me pareció algo llamativo cuando me fijé en el color. Me pareció algo extraño ver cómo un hombre que ya pasó la adolescencia vistiera con un jersey de color rosa. Vale, por un momento, pensé en que era un poco estúpido pensar que era raro ver a un chaval con una jersey rosa. Me acerqué un poco extrañado a él, no sé, como si no lo conociera, y eso que lo conozco desde bueno... hace ya tiempo. Pienso que fue una tontería esta "discriminación", pues noto que, poco a poco, cada vez somos más lo que salimos a la calle con ropa rosa, cosa que cada vez me gusta más. Nunca está mal conocer varias opiniones, así que, por qué no, que nos cuente mi amigo del jersey rosa.

Rafa:

El jersey rosa fue un detalle de mi madre. iOcurrió en uno de esos días en los no esperaba del aguien un buen regalo. Quizás por eso le damos a las cosas más valor (sentimental, claro) del que realmente tienen para otras personas. Un jersey rosa. Pero... de veras, amigo, que no lo veo del todo rosa. Acabo de salir de una famosa confitería de mi pueblo... el color de uno de sus helados, el de chicle, o tal vez el de sandía, le viene al caso como mejor color. De todas maneras no importa, porque sí, efectivamente, aún poseo un jersey rosa-rosa que adquirí en Sevilla hace ya muchos años. Tantos, que me da algo de vergüenza reconocerlo... pese a que hoy día conservar y cuidar las cosas no tiene precio. En esta vida, pues, todo depende del color con que se mira. Así, compruebo de tu parte una aguda reflexión que también haré mía: Si fuera raro ver a un hombre (independientemente de su edad) con una prenda rosa, chile o sandía, no sería ya en los tiempos que corren más que una simple anécdota. Y bien mirado, este asunto es una manera de ver la vida. ¿Sabes? No hace muchos años los señores mayores (entre los cuales no me incluyo... aún) vestían con traje y corbata, sombrero, pañuelo, y cara de circunstancias. ¡Qué grandes son los colores, y cuántas cosas nos dicen! ¿No?

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