miércoles, 19 de mayo de 2010

UN PARTIDO DE SUEÑOS


Me propongo comenzar bajo este título una serie con la que pretendo encontrar las alas de colibrí. Si leen ustedes la canción con detenimiento, quizás piensen que se creó hace unos días. No más que quince años tiene ya. Evitaré hablar la crisis de hoy día para adentrarme en aquellas personas que de verdad necesitan el cuidado, la delicadeza de las alas de colibrí. Escuchen o no pasen por alto la letra. Son livianas y puras, sirven para la cura. Mañana nos vemos.


Hoy me propongo fundar un partido de sueños,
talleres donde reparar alas de colibríes.
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.

Hoy voy a patrocinar el candor desahuciado,
esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna.
Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar,
desaparecidos, deudores del banco mundial.

Por una calle descascarada
por una mano bien apretada.

Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de deshechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,
de sombras en pena del reino de lo natural

que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar.


Por el levante, por el poniente,

por el deseo, por la simiente.
Por tanta noche, por el sol diario.
En compañía y en solitario.

Ala de colibrí,
liviana y pura.
Ala de colibrí
para la cura.

Silvio Rodríguez (1995)

1 comentario:

chicuelo dijo...

Yo le pego más a otro Silvio que no necesita apellidos...