domingo, 21 de marzo de 2010

CUADERNOS DE CUARESMA


Aguardo el Domingo de Ramos como el de Pasión, que al fin y al cabo son dos hitos en un camino de sangre y flores. Se nos va la Cuaresma entre manifestaciones por la vida muy tímidas, grandilocuente esa carta que me avistó la verdad: entre las personas y las imágenes… preferimos a las imágenes. Elegimos también la carne, si cabe el concepto más heterómino, sea viernes o lunes por la mañana. Hoy, se pregunta uno de qué vale el sacrificio que en los catecismos rezaba que venía a ser esto de la Cuaresma. Ha llovido. Ha hecho mucho viento estos días. Ha salido el sol con fuerza... Se nos fue el invierno como quien baja la persiana. Pero fíjense que aún no se nos ha manifestado el azahar. Me refiero al verdadero azahar, no ése que se escribe con mayúsculas una vez al año. Eterno dilema, conflicto espinoso entre forma y concepto, fachada versus interior. ¿Saben una cosa? Jamás aceptaré que la Semana Santa que nos llega es un legado, especie de patrimonio cultural que nos ofrece nuestra ciudad… pese a lo que se diga por ahí en tribunas con spotlight y televisión en directo. Yo ya me entiendo.

No hay comentarios: