viernes, 22 de febrero de 2008

CARNE HUMANA (CUADERNOS DE CUARESMA III)


¿Quién se priva de comer carne ahora, en plena Cuaresma un viernes cualquiera? Creo que es una de esas preguntas tabú de este supuesto tiempo de sacrificio. Claro que hay que hay cosas que no necesitan mucha justificación se te las han enseñado de pequeñito, como el beso a la abuela al llegar y al irte cuando la visitas o las cosas en la maleta cada noche para mañana, al colegio. Por eso me extrañó, tendría yo siete u ocho años, lo acontecido en radiante mañana del Viernes Santo, dentro de un bar junto a la Capilla de la Amargura. Mi madre preguntaba al camarero (¿1983?) que cómo siendo ese día, al lado mismo de la hermandad de la Costa del Sol, se podía comer carne. Señora, en este establecimiento no hay Viernes Santo para las tapas de nuestra cocina, más o menos le dijo. De esta manera se me abrió una nueva ventana en mi insignificante mundo. ¡Seguro! ¿Cómo iba a dejar de vender ese hombre cuando media Dos Hermanas visitaba a la Amargura ante de salir, si quizás ni siquiera saldría por el mal tiempo que la persigue mediada la tarde? Pensé, desde luego, qué ridículo sería no hacerlo, ya que la gente pedía lo que para otros estaba prohibido por voluntad propia. Era algo así como si me hubiera dado cuenta de que no pasaba nada malo, en verdad, si se consumía un platito de carne mechada junto al retrato en blanco y negro de la Virgen que presidía el local. Mucha gente lo estaba haciendo y no pasaba nada. Hoy día, es más complicado aún comprender a qué santo viene ese capricho de la abstinencia. Si la raíz del asunto no se entiende, si no aceptamos como axioma esta singular regla del juego, es, por supuesto, un sin sentido el debate. Dejando a un lado la libertad o pertenencia a otros credos, que omito aquí de manera voluntaria obviamente, considero que los cristianitos de a pie han dejado por ahogados viejos preceptos. Unidos a la vergüenza del diario, estos cuantos días parecen una simple antesala de unas merecidas vacaciones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mil son pocos
soy visitante diario de tu blog
pronto llegaras a las dos mil.
un saludo. el vesti de la P.

Fae dijo...

Muchas gracias, hermano de la O como yo, de la S como yo, Filomeno Matutano (Pintor de su deshonra, el sábado en el Lope de Vega).