miércoles, 27 de febrero de 2008

QUÉ PENA ME DA RONALDO


Me han dicho que uno de los peores dolores que siente una persona es, aparte del consabido dolor de muelas, la rotura del tendón rotuliano. Resulta que es una lesión prácticamente desconocida, si no fuera porque, de los rarísimos casos en los que ocurre, en tres de ellos el protagonista es la misma persona. Este Ronaldo Nazario de Lima, ínclito personaje de dibujos animados en los años 90, es ahora un pobre infeliz al que la vida le ha cambiado a los sones de un chasquido mortal en la rodilla. No es que sea especialmente uno de los ídolos de mi adolescencia, entre otras cosas porque se había convertido con el tiempo en un divo arrogante que frecuentaba más las páginas del colorín que las de su propio trabajo. Como quiera que en casos de desgracias siempre acudimos al consuelo y no al reproche, en esta entrada seguiré la corriente de la inmensa mayoría, porque no hay mayor dolor que querer caminar y estar postrado, sentirse fuerte y no ser más que una frágil mariposilla al viento. O querer llevar a tu propio hijo de la mano y no saber si algún día podrás hacerlo. Cierto es que, bien mirado, jugar al fútbol es muy poca cosa. Por eso, más le vale apretar fuerte el paso. Seguro que recibirá ánimos suficientes para no sentirse tan desdichado. Ahí van los míos. ¿No es así, cuando sabes que alguien se encuentra mal, aunque no lo conozcas?

1 comentario:

J10 dijo...

Ronaldo, ese futbolista que ha hecho historia y ha marcado un tipo distinto, el del pelotero rey que espera un buen pase para hacer la gracia divina de partido, y dormirse del otro lado. La genialidad tiene ese precio.