viernes, 29 de febrero de 2008

¡IGUALITOS!


El otro día el cantante de Juanes, ese colombianito gracioso que ha sacado un par de canciones muy apañadas, se acercó a Pilar Rubio, brutal mujer y periodista de Sé lo que hicisteis, a ratos habitual portada, fíjense, de revistas masculinas para criaturitas necesitadas. Va la chavala a preguntarle sus cosAs, cuando lo primero que le espeta el artista es un paladeado “¡Todavía tienes tus ojos ahí, igualitos!”. La verdad es que, a eso de las tres y media, medio dormido tras el almuerzo y la lucha diaria con los jóvenes, la expresión me cruzó el alma y me despertó del asiento. Al instante, recordé que no hacía muchos meses, la tal Pilarcitas lo entrevistó un largo rato. Desde luego, como yo y cualquier ser humano, Juanes se quedó maravillado del conjunto arquitectónico que es esta donna mobile. Un piropo sencillo, pero tan profundo, que me pareció un verdadero tratado de filosofía. Porque cuando hablamos de Belleza, esa suerte de armonía original y desconocida, creo que establecemos un camino que, por singular, nos atrae y convierte. Es natural preguntarse cómo es posible que la hermosura, dos ojos celestes de fuego, pongamos por caso, sigan ahí después de tanto tiempo, ya que mantenerse así, igualitos, poco menos que es una proeza. Así, el concepto de ser realmente bella es más potente aún ¿No creéis? Como si venciera al tiempo. Lo maravilloso de esos ojos radica, precisamente, en que están, son un todavía. Y espero que siga siendo así. Por la tarde, dando vueltas por Sevilla, paseaba creyendo, ciertamente, que buscar la Belleza es tarea fácil, si solamente estamos atentos a nuestro alrededor. No desearía cansarme nunca, como Juanes, de alabarla como el primer día. Y buscarla, por su nombre exacto, claro.

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