martes, 4 de noviembre de 2008

EL NUEVO LÁZARO


La feliz recuperación, milagrosa según él, que ha experimentado ese nuevo Lázaro que la sociedad española reconoce por el nombre de Jesús Neira, bien podría estudiarse en las Facultades de Medicina de medio mundo por lo ejemplar, y singular, que ha supuesto un reestablecimiento tan favorable, dadas las condiciones que traía el paciente. Efectivamente, el caso de este salvador salvado en última instancia es inaudito desde el punto de vista médico. La ciencia -batas blancas, radiografías y tubos por doquier- ya le daba por perdido. Por ejemplo, sus pulmones, según los estudios de hace pocas semanas, tenían un definitivo aspecto irreversible. Dos meses y pico en coma, múltiples fallos orgánicos ante el grado de depauperación… Y un día se despierta, conversa con familiares y personal hospitalario como si nada hubiera pasado. El asunto, ya saben, ha sido seguido por toda la opinión pública desde su inicio. Nadie con algún sentimiento humano sería capaz de sentirse ajeno al dolor que supondría una muerte casi segura para un inocente que pretendía evitar una agresión. Lo peor, sin duda, ha sido esa comedia grotesca protagonizada por la víctima original de esta historia, una tal Violeta Hijadeputa que ha sacado tajada gracias a la infame televisión de mierda y el papel cuché. Claro, que todo se magnifica en los medios. Creo que la multiplicación de casos de violencia de género (o de accidentes de avión, Álvaro) parece agigantarse por el orden del día que selecciona la mass media cada mañana. Lo que ocurre es lo que se dice que está ocurriendo… Pero todo este fenómeno, el de Jesús Neira, también se ha nutrido de reflexiones positivas. Si en un país como éste en el que se cuestiona y pide con más fuerza el derecho a la eutanasia, hubiera una ley relativa a lo que ahora llaman muerte digna, quizás el paciente en cuestión, vista su patología, no hubiera sobrevivido. No se hubiera apostado por la vida hasta el último momento desde el punto de vista clínico. Ya sé que hay casos y casos, a cada cual más doloroso. Con todo, éste concretamente, tan sensible a la mayoría, ha sido paradigma de fe, razón y constancia. Así se ha salvado Neira. Y si me lo permiten, un poquito también por algo que no existe (?), dicen que porque no se ve. Es algo que no se toca, no se compra y no se vende: la esperanza del ser humano. Toda invocación a Dios, o al diablo, que usted pensó o pronunció cuando deseaba que se repusiera Jesús, valió la pena. Tuvo su respuesta. Neira ya nos ha dado las gracias.

1 comentario:

J10 dijo...

Amigo Rafa, te veo agigantado con tu pluma viperina. Está bien lo del nuevo Lázaro, tal vez haya habido una voz que le haya mandado levantarse, aunque como no se oye no tendrá espacio en la radio, por supuesto.