sábado, 27 de agosto de 2011

CUADERNOS DE VERANO (IV)


Aquí les presento la siguiente muestra de rotulismo social. El material que aquí acontece está exento de la misteriosa ambiguedad de sus precedentes, mas no así deja de perder su sentido literario... Literario de novela rosa, adolecente y sensiblera. Es una lástima que documento tan emotivo, corazón desbocado en busca del amor verdadero, esté escrito justo delante de varios contenedores de basura, cuya presencia no hermosea precisamente el idílico sendero que busca nuestro protagonista. Sospecho que cualquier otra lectura (lo bello con lo feo tan de la mano), no satisfará al ardiente enamorado que suscribe la leyenda. Quizás, cuando pase relativo tiempo y vea el resultado de su obra, advierta, en realidad, que el amor y la basura, la ilusión y el desperdicio juntos, tenían su razón de ser. No sé. Quizás no. Quién sabe. Vaya como despedida, cual descargo de responsabilidad, que el autor de esta entrada, aquí un servidor, está cuestionándose muy seriamente la posibilidad de cerrar el capítulo de pintadas urbanas, so pena de la acusación de ser él mismo el responsable de ellas... Aun así, estoy seguro de que hay en el pueblo un alma atormentada que está plagando cada fachada de verdades escritas con la mala leche de spray y pintura de brocha gorda.

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