jueves, 4 de agosto de 2011

Y SIN MIRAR AL FONDO


Una de las características propias de cada verano tiene que ver con la ausencia de información. Especialmente durante el mes de agosto, rara es la vez en la que no se estira el chicle de una noticia, por aislada o relativa importancia que tenga, para tapar huecos en la rejilla. Quizás por eso se aprecian noticias de andar por casa a cualquier hora, o incluso en los telediarios. Como son tan peregrinas, dejo aquí el espacio para que cada cual piense en una. Aun así, no está de más recordar el efecto dominó que tienen. Un ejemplo es el mal llamado balconing, que está dando con decenas de jóvenes contra el suelo en las piscinas de los hoteles, entre melopeas y envalentonamientos. El caso es que hoy, a eso de la siestecita, me han desvelado unos impúberes saltando a la playa por un acantilado, con sus rocas, sus salientes y sus quince metros al vacío y todo. Mientras pensaba en el contagio que tendrá en la masa este asunto, me vi frente a un muchacho que se santiguaba antes de tirarse… Desconozco si veía algún sentido en su acto. Estoy seguro de que por la vía religiosa su juego me parecía de lo más absurdo.

No hay comentarios: