martes, 15 de enero de 2008

M o L, LUEGO EXISTO


Hoy día quien no compra es poco más que un cretino, un piernas, poca cosa con la que tirar palante. Ahora que los medios nos convencen con argumentos zafios, especialmente en televisión, para que no nos quedemos sin la oportunidad de nuestra vida, es decir, aprovechar las mal llamadas rebajas, ésas con las que nos aseguran un poquito más de felicidad dándole los cuartos, que no el pregonero, a El Corte Inglés, ahí me ven ustedes a mí, solícito ante tanta insistencia. En una aventura tal me encontré el pasado sábado, cuando incauto e iluso, sufrí un colapso... de tráfico, con cientos o miles de criaturitas pugnando por unos pocos de huecos en el centro. Empujones, aunque menos, para ver una prenda u otra. Unos pocos euros resoplando en el bolsillo, mucho donde ver y casi nada donde elegir. Aparte de las horas perdidas, del mareo sin aspirina que me gané en unas cuantas horas, me fui a casa con el sabor agrio de la derrota, con lágrimas en los ojos porque yo, tan normalito, tan yo qué sé, no fui capaz de cumplir con mi obligación y traerme al menos una camisita, un chalequito atrevido o unos pantalones a 2x1. Qué le voy a hacer. A los pobrecillos como yo de nada les vale ser de esa mediocre clase media (nunca mejor dicho). Olvídense, amigos lectores, de encontrarse con el tesoro. Quizás, y con la suerte de un intrépido, no más que una talla S, o claro, una XL o XXL.

1 comentario:

J10 dijo...

Al cabo es la vida rebajada, que no te gusta, como a mí. La vida por menos valor, apelotonada, de todo a cien, tumultuosa, masiva, agobiante y agonizante... Nos matamos por esa solución en forma de vaqueros a veinticuatro con cincuenta, con un 40% de descuento. Cuento chino. Lo mejor es pasar del descuento y no contar con él, sino con tus propias cuentas...