lunes, 14 de enero de 2008

ÁSPERO MUNDO

La semana comenzó con la hospitalización de nuestro Mario Benedetti, al cual espero ver ya menos sofocado y dando otro corte de mangas a su disnea, fuera ya del hospital y recubriendo de nuevos cuentos su Primavera con una esquina rota, que reposa plácida en mi mesita de noche. Al poco, fue Pepín Bello quien nos dejó. Ahora es sólo teórico -en libros- el sueño de vanguardia y tradición que sólo una Generación de medios locos hizo del arte (poesía, pintura, toros...) dio con su inspiración a la España dormida. Por eso, mayor dolor aún ha supuesto la reciente desaparición de Ángel González, el poeta que leía hasta cien veces una poesía, que me enseñó lo que nunca sabré, gracias a Tratados de Urbanismo o este Áspero Mundo con el que se dio a conocer. Así que, arrepentido por acaso manchar su memoria con torpes palabras, le recuerdo con


TE TUVE

Te tuve
cuando eras
dulce,
acariciando el mundo.
Realidad casi nube,
¡cómo te me volaste de los brazos!

Ahora te siento nuevamente.
no por tu luz, sino por tu corteza,
percibo tu inequívoca
presencia.
...agrios perfiles, duros meridianos,
¡áspero mundo para mis dos manos!

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