miércoles, 24 de septiembre de 2008

LALOLO LOLOLA

Francisco Manuel ‘Lolo’ Silva es historia de una vez. Han debido de juzgarlo mil veces en ese tribunal popular que ha convocado diariamente la prensa sevillana. El ya ex delegado de Juventud y Deportes del Ayuntamiento hispalense abandona el cargo de la manera más ruin y miserable. Bastantes dispendios había hecho ya el joven político de IU, capaz de pasar por alto la presión de la opinión pública, el deseo de los vecinos de la ciudad, o las continuas denuncias que han puesto en liza los medios de comunicación. La primera de sus grandes actuaciones, crónica negra de la necedad e incompetencia en la gestión pública, vino hace varios años con el robo de varias toneladas de hierro que eran las gradas y cubierta de la Copa Davis de tenis. Aparecieron por ahí, revendidas por algún listillo. Casi quinientos portes con camiones sin que nadie se percatara. Nuestro Lolo, que por aquel entonces ya viajaba a Cuba de vez en cuanto y a gastos pagados, echó las culpas a un técnico del IMD. Un cualquiera con el que expiar sus culpas. Bah, aquello no fue más que una simpática anécdota para lo que ha venido después. Silva, arropado en todo momento por los tres concejales de IU en el Ayuntamiento, no tuvo ayer una mínima palabra para justificar las millonarias partidas que su delegación (y quizás alguna otra) pagó a una empresa de su primo hermano. Lo último, hace pocos días, fue el puesto que ocupaba su propia madre en una piscina municipal. “No tiene nada que ver” dijo el ínclito sobre la coincidencia de que el propio hijo de esta señora sea el responsable último de la contratación del personal. No hablemos, aparte, de la cualificación requerida, en fin. Ha caído Lolo en la cuenta de que "en esta ciudad se juega sin normas, sin lealtad, ni marco ni criterio mínimo”. Lo que parecería una confesión valentísima (como triste despedida) de privilegios y un gran sueldo, ha resultado un ridículo ataque hacia la prensa y la oposición, a la que señala como instigadora y responsable de su marcha. Ni una justificación justificable, como si en realidad hubiera alguna. Se recuerda Lolo en su diccionario particular (dentro de la biblioteca universitaria a la que volverá seguro habrá varios volúmenes de autoridad) el significado de palabras como prevaricación, verdad, nepotismo, fidelidad, corrupción, enchufismo, verguënza. Pero todo presuntamente, claro.

1 comentario:

Pablo G.C. (kilometradas.blogspot.com) dijo...

La politica está al servicio de la ciudadanía, no la ciudadanía al servicio de la politica, o de los politicos. Creo que Lolo esto no lo ha tenido claro desde el primer momento, aunque no es el único.