jueves, 8 de mayo de 2008

BILLETE DE IDA Y VUELTA


Asombrado por la espectacularidad de la noticia, a parecida en un periódico de papel de los normales y corrientes, lo primero que pensé en que en Los Simpsons hay algún visionario, una especie de gurú que convierte en realidad sus sueños de guionista loco. ¿Recuerdan ustedes el capítulo en el que el Señor Burns, Smithers y Homer se fugan a Cuba con un billete de un trillón de dólares? Fue acuñado en su momento por el Gobierno de los Estados Unidos para paliar la crisis tras la Segunda Guerra Mundial, ya saben. Ahora, resulta que el Banco Central de Zimbabue ha emitido un billete que vale 250 millones de dólares (zimbabuenses), pero dólares al fin y al cabo. Ha batido el papelito a su antecesor, otro de 50 millones –moradito, como los recónditos de 500 euros- aunque parece que va a servir de bien poco, porque la inflación en este país se acerca al 165.000%. De cualquier manera, se comenta que el valor real del nuevo billete llega a los cinco mil euros del ala. Por eso, que haya timbre oficial por el mundo por estas cantidades me hará permanecer alerta. En un futuro no muy lejano, quizás nos encontremos con que el Big Ben londinense aparezca un día con esfera de reloj digital, como lo aprecia Lisa cuando encuentra a su primer amor en el año 2020; tal vez los jockeys sean verdaderamente enanitos que viven bajo tierra, que pugnaban con Bart a lomos de Furious B en el hipódromo; acaso nos condenen en un juicio por afirmar que Dios está en todas partes, y también en este mismo momento con nosotros aunque no lo veamos, como le ocurre a Marge cuando la toman por demente. Que la policía estadounidense te dé una somanta de palos y después te pregunte también es hoy ya una realidad. Y de Homer... Bueno, Homer es, simplemente, Homer.

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