martes, 22 de abril de 2008

LAS SEÑORITAS PRIMERO


Al hilo de la histórica composición del gobierno de Rodríguez Zapatero, la creciente pujanza de la llamada igualdad de sexos se ha visto incrementada aún más gracias a la enésima metedura de pata de esa especie de actor veterano que reniega de la edad, que no es otro que Silvio Berlusconi. Como siempre, la mass media se ha hecho eco del hito que supone para España el hecho de que sean más mujeres que hombres la que componen el gabinete, o por ejemplo, la incorporación de Carmen Chacón al frente de Defensa. Por supuesto, mi consideración desde hace años va de la mano de la igualdad (que no feminismo ni machismo, del cual me alejé paulatinamente conforme tuve uso de razón). Otra cosa es que esté de acuerdo ahora de que España, según los telediarios, se haya transformado por arte de Birlibirloque en un país moderno, a la última en el reconocimiento social de la mujer. Veréis. Creo que la igualdad de género que se pretende conseguir en todos los frentes y que es de recibo -por otra parte- no es asunto de imposiciones o golpes de mano para impresionar a los colegas europeos, como en Italia. Me explico. La supuesta igualdad está en un plano de justicia, de oportunidades. No es lógico que la administración, por ejemplo, obligue a los centros educativos la presencia de la mujer en las directivas, porque si ello significa, más que una necesidad, un efectismo. Si Zapatero confecciona a su gente pensando en su sexo y no en sus competencias ¿no sería indigno el hecho en sí? No lo veo claro. Cierto es que medidas de este tipo pueden crear conciencia, y desde luego, son un paso al frente, muestran valentía. (Por cierto, me parece fabuloso el nombramiento de Miguel Lorente como delegado para la violencia de género, cuestión de hombres y mujeres). Pero me pregunto respecto a todo lo anterior: ¿No habrá sido forzada la confección de la plantilla ministerial? Quién sabe. En cambio, no tengo dudas acerca de que España, y el mundo, es aún machista casi por naturaleza. Y no voy a recurrir a lo ya sabido: sueldos, cargos u otras injusticias laborales, no. En el día a día, nuestra sociedad sigue sufriendo profundamente el problema. A ver quién cambia esa conciencia popular enraizada por los siglos de los siglos. ¿Cortesía o mala educación? ¿No todos somos iguales? A ver quién no cede el paso a una mujer para pasar o salir de un sitio. ¿A quién se sirve antes en una mesa cuando estamos en un bar o en una boda? ¿Qué profesión se le inculca a un niño y a una niña cuando son pequeñitos? Cambiando la mentalidad, esa difícil tarea, el progreso estaría garantizado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien sabes, amigo Fae, que soy partidario de la aristocracia platónica, el gobierno de los mejores, por ser los mejor preparados.
Poco importa que sean hombre o mujer, si saben desenvolverse (y si no se les colocan 5 asesores más). Lo que no apruebo bajo ningún concepto es esa supuesta igualdad que de igualdad no tiene nada. ¿Seria mejor un Gobierno sólo con mujeres? ¿y sólo con hombres? ¿porqué la mitad más uno? ¿ahora somos más modernos? ¿corresponden Magdalena Álvarez, Solbes y Moratinos a ese gobierno de los más preparados? ¿veis correcto que se obligue a que haya mujeres o no en un consejo de administracion, en la direccion de un partido o de una empresa? Sencillamente a mi todo esto me parece un chiste más y una estrategia de marketing mediático del goebeliano gobierno de zETAp.

p.d.: Como ya sabeis la primera ministra de la Democracia fue Soledad Becerril, de UCD, de la derecha, de los retrógados, de los que trataban como escoria a los pobrecitos trabajadores...

J10 dijo...

De que no importe ceder el paso a la persona que va con uno (sea hombre o mujer); de que los camareros no pongan la cerveza al señor y el refresco a la señora; de que el niño o la niña tengan que sopesar su profesión sin tópicos empobrecedores... se trata. Precisamente de todo eso se trata, amigo Rafa. LLegará el día en que ocurra, no te quepa la menor duda. De que forzarlo sea la mejor vía de conseguirlo, tampoco estoy yo seguro, pero ya que la realidad es la que es, aprovéchemosla constructivamente.

Anónimo dijo...

¿Por dónde empiezo y queriendo ser breve?
1. Soy feminista ,defiendo la igualdad en todos los ámbitos y que te contraten por tus cualidades, preparación, etc. ya me entiendes.

2. Dudo de la capacidad de ciertos ministros, y siendo moderna, perdón, de la valía de ciertos ministros y ministras. Por eso, dudo de esa igualdad impuesta y que se debe más a un marketing.

3. DISCREPO CONTIGO CUANDO DICES QUE DEFIENDES LA IGUALDAD, cuando hay ciertas tareas domésticas que jamás piensas hacer, porque claro, son cosas de mujeres, qué???!!!! La sociedad está cambiando, gracias a anuncios como aquel en que un hombre ponía una lavadora, y en parte a mujeres que educamos a nuestros maridos (no queda otra). La igualdad no es una simple palabra "progre" para quedar bien, hay que ponerla en práctica con el ejemplo.

4. NO CREO QUE CEDERLE EL PASO O EL ASIENTO A UN ANCIANO/a, COMPAÑERO/a por el pasillo, SERIVR A UNA MUJER ANTES QUE UN HOMBRE, etc. SEA MACHISTA, SON FÓRMULAS DE CORTESÍA, DE RESPETO, EDUCACIÓN.
Ah! sí, que eso ya no se lleva, suena a RANCIO, no?

Por eso, creeme, nadie es más que nadie, Fae.

PS: ¿CÓMO DEMUESTRAS TÚ ESA IGUALDAD?