viernes, 2 de enero de 2009

¡TOMA, TOMA SAN SILVESTRE!

No me dirán ustedes que no es bonito despedir el año haciendo aquello que te obsesiona inocentemente todo el año. Quizá es gracias a una suerte de bálsamo vital que esperamos mantener tras las doce campanadas, no sé, pero si ustedes me quitan una buena carrera a media tarde del día 31 de diciembre allí en el parque de María Luisa, juro que me faltaría algo, y que bien podría Ramontxu García gritar con un megáfono que hay que comerse las uvas, que para mí ya no sería nada lo mismo. Así que ya ven, el otro día celebramos nuestra Popular San Silvestre Sevillana. Y es, claro está, con mayúsculas, porque contamos para la ocasión con nuestro pequeño club al completo, con nuestro Alex, nuestro Pablo (aun de paisano, pero se hizo el tío la Media de Los Palacios lesionado hacía diez días) y nuestro siempre nazareno Antonio Lozano, al cual echábamos de menos y tanto hemos recordado cuando nos ha tocado correr por ahí y él andaba en Madrid sacando los Cuartos para el Cinco, que no el Seis. Y verán. Nos dio igual que estuviera toda la tarde de perros pues parecía que llovería con ganas. No hubo inconveniente a la hora de recoger los dorsales: el 410 era de Lorenzo N. F., no nos avergonzamos de tanto disfraz atrevido… Estábamos juntos para despedirnos dentro de un ritual con zapatillas Mizuno, Nike y Saucony, chips en el cordaje, cortafríos en el maletero, camisetas técnicas, calzonas largas y fotos que mandaremos por correo. Sólo faltó el embrocador, figúrense qué plan. Y tocaba, permítanme dos líneas para mí, volver a sentirse un poco más libre, olvidarse 20 minutos de persistentes dolores en el talón, porque tras casi tres meses ya era hora de arriesgarse, qué demonios. Volvía a correr y eso ya era una victoria en fin de año… Y vino la carrera. Dos kilómetros neutralizados para calentar y cuatro más en un circuito rápido, aunque extraño: siempre afectan las rectas largas cuando no son necesarias. La salida, vista la distancia, suele ser explosiva. Con el paso de los kilómetros se acompasa más el ritmo, pero no conozco a nadie que pasee este día en previsión de algún tirón o por tener en cuenta la fiesta posterior. Se trata de darlo todo porque es el último día, y ya está. Tras 17 minutos mal contados y una intrahistoria que es mejor dejar para las bromas en persona, sí diré que llegamos muy cerca, cerquísima unos de otros, qué mejor regalo, inesperado, para mí. Tan cerquita, que bien podría hacerse la foto finish llegado un caso extremo, que aún los jueces no se han pronunciado, Antonio… En definitiva, creo que fue una tarde inolvidable, tanto más que por volver a correr, por disfrutar de momentos que fueron habituales no hace mucho, pero que se fueron por circunstancias varias. Y en la reunión, la complicidad de cuatro colegas a las siete de la tarde de la última noche, está el mejor reconocimiento para una amistad, y un deporte, claves para una felicidad que hoy quiero volver a compartir.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno chicos pasamos un buen rato, aunque este año me tocaba de director deportivo por mi recuperación de la lesión de periostitis.

Ni que decir que me entró unas ganas terribles de correr, en el momento de los preparativos, cuando añoras quitarte el chandal, que la brisa de rice la piel de las piernas, que sienta como el pie se aprieta contra las zapatillas y como no, que el embrocador, nuestro famoso GRASS, el lilimento mágico, mezclado con radiosalí, con voltarem, y toda clase de pomadas que tengamos en la mochila, haga el gran milagro de convertirnos por unos minutos en el Chema Martinez sevillano, y que haga sus efectos en los frios musculos, para buscar ese tono competitivo y afrontar los cortos pero intensos 4.000 mts de la San Silvestre de Sevilla, en este caso.

A todos os deseo un feliz año running 2009. Que respeten las lesiones, y que no decaiga las ganas.

PD: Propósito del nuevo año: bajar de 4 minutos el KM......!!!

Fae dijo...

¡Tomaaaaaaaaaaaaa! Ese embrocador que no falte. En el Cross de Itálica lo vamos a utilizar bien temprano. Ya lo de bajar de 4 minutos el kilómetro son palabras mayores, pero lo vamos a intentar, por qué no. Las fascitis, las periostitis y todas las itis nos las vamos a merendar una tarde tú y yo. Ya verás.

Anónimo dijo...

Bonita crónica.
Ciertamente una tarde de fin de año sin esta carrera ¿qué sería? ¿Qué sería un año si al final no podemos vivir este momento?
Yo os lo puedo decir: terrible, frustrante... dos años de baja (paternal). Pero no pasa nada. La sensación de vuelta es brutal. Rayando la pedantería, diría que inconmesurable.
Como sabéis, tras casi 24 meses de ostracismo obligado, y orgulloso por la tarea que me encomendé, y que me estimula y motiva cada día como ninguna otra, volver a correr supone creer en uno mismo. Después de hacerlo en Dios, ¿en quién si no? Por ello, porque mis niñas son mi ánimo, porque existe vida después de la muerte, esta carrera ha sido para mi un homenaje a ellas dos, a María y a Marta.
Amigos Fae, Alex y Pablo: gracias también a vosotros. No sería lo mismo. E igualmente os lo digo desde la experiencia: varias carreras en Madrid, con recorridos preciosos (Castellana, Puerta del Sol, Serrano, Príncipe de Vergara, Bailén, Paseo del Padro, Retiro, Recoletos, Alberto Alcocer, Plaza de Castilla, Carrera de los Jerónimos, Neptuno, Cibeles...), con amigos y compañeros fabulosos, pero con un vacío, el vuestro, imposible de suplir con ningún sucedáneo.
Fae, ¿quién lo diría hace ahora cuatro años y medio en el Parque de la Alquería cuando me comentaste por qué no correr la Nocturna del Guadalquivir?
A 2009 le pido que nos deje como estamos: salud, dinero, amor... y deporte. Qué mala es la carestía de alguna de estas esencias!

Por último y con cariño y guasa: Fae, la hoja de excel dice que entré primero. A por lo 4'/km.

Un abrazo,
A. LOZANO

Roberto Domínguez dijo...

Querido Adosado: lo primero que tienes que hacer es comprarte unos "tenis" nuevos, que sabes que los tuyos no son buenos.

Un abrazo.

Roberto